Monday, May 11, 2015

Ideología y lugar del Otro / Aproximaciones




     El hombre en tanto como ser pensante constituido por avatares pulsionales desde su infancia se destaca en una travesía, en un pase a la sujeción como lo destacaría Lacan en su fija postura del hombre en tanto como "sujeto", así como también es de notable margen bajo otras teorías como las de Darwin que sostiene la primacía del narcicismo y el instinto del hombre bajo su fidedigna teoría del más apto (retomada más adelante por Nietzche, Freud, y otros). La cuestión por consiguiente en estudio o puesta en la tela de juicio es el desenmascarar la ilusión del "individualismo" que este -El hombre- sostiene bajo su ideología, que no puede tener otra etiología mejor vista en su puesta en acto (Fantasmatica) y con una explicación teórica más adecuada que la de dichos estudiosos del sujeto anteriormente mencionados. 

     Para comenzar a ahondar la problemática es necesario revisar la constitución general del sujeto que no tiene otro apunte más que hacia la familia y la sociedad en tanto como estructura y superestructura hablando al pie de termino sociológico, tomando estas cierta repetición vía ganancia secundaria, muy parecido a la teoría del determinismo reciproco de Bandura que sostiene que el aprendizaje se da del hombre a la sociedad y viceversa, pues es así y no de otra manera como el sujeto es creado por una familia que está sujeta a un parámetro social de la cual este sujeto pasara a ser componente "ad" de la masa, y seguirá formando sujetos (Y es aquí donde más suena descabellado) "más aptos" -Según sostenía Darwin- para preservar (o prolongar) a la vida humana o en su defecto, miseria. Es un circuito repetitivo que el mismo proceso lógico llamado silogismo establece:

1.    -El bebe se encuentra sujeto a los padres.

2.    -El niño se encuentra sujeto a los padres, la escuela y la religión (en tanto como primera masa artificial y estructura de contención). 

3.    -El adolescente se encuentra sujeto a los padres, la escuela, la religión, y la sociedad per se (vista entonces como la fundadora del síntoma)

4.    -El adulto ya ahora “desarrollado” y creyente como individuo se encuentra sujeto a aquello que dejo el deseo materno y la ley paterna, al trabajo como prolongación de la escuela, a la religión, la sociedad como mandato para la formación de la imagen e ideales, y la ideología política para redefinir y compensar aquello que se mantuvo en falta durante la relación paterno filial para seguir concatenando goce. 

     Todos estos “atravesamientos” que realiza el sujeto en su “desarrollo” no son más que extensiones simbólicas de la función paterna, por tanto, ha de verse difícil un hombre que pueda ser “individuo” en una sociedad “normalizada” por la religión. Sin embargo, ¿Se trata de no depender en absoluto o de pensarse en qué medida depender?

     Tal parece que solo falta por colocársele la guinda al pastel. Pues he aquí develado que el hecho de trabajar y constituir una familia no es sinónimo de individuación sino una prolongación de la obra inserta por la sociedad (en tanto sumamente política a pie de termino) y la familia como guía o canal de los ideales no cumplidos en el cual se forma el síntoma, y se articula vía pulsión (en tanto siempre de muerte, preñada de demanda e inserta en el "yo") generando a priori no un goce, sino una sentencia de cómo se debe gozar y como es de esperarse por lógica, una ganancia que no radica en el deseo del hombre (en tanto paradójicamente no-natural de sí mismo) sino por el contrario de satisfacer al Otro, al gran Amo, dando un parecido al modismo eterno de la nodriza que se desvive por amamantar al otro que no es suyo propiamente. Es decir, no se piensa y después se es (Como sentencia Descartes), sino que se te hace existir (Como sentencia Heiddeger) para que luego creas pensar. Un “pensar” que es ideológico, basado en el otro y no es de extrañar que por ser ideología este fomentando en un complejo proceso transferencial donde se re-edita el contenido transmitido por el Otro para a posteriori ser compensado en su cumplimiento, no por ello significando que el sujeto cumple el deseo del Otro por ser solamente sujeto, sino que al contrario lo hace porque así imaginariamente (y no queda de otra) este se “cree” que ha cumplido un deseo puro y exclusivo de sí, eso que en verdad lo hace creer(se) el más apto, forjando la ilusión de “ser” líderes del otro (como siempre es y se vive en sociedad) y no como líderes de sí mismo (como lo llego a mencionar Wilhelm Reich en su obra: "El nuevo líder"). Es así como el significante “poder” captura  de lo simbólico a lo imaginario (y por diversos procesos de condensación y desplazamiento) la forma de ideología, un recurso para intentar diferenciarse del otro, pero de asemejarse identificatoriamente con un deseo universal en la miseria del hombre.

     La ideología presenta 2 singularidades: 1) Se presenta como una formación fantasiosa de lo Inconsciente, en tanto podemos categorizarla de síntoma representativo del Mal-estar en la cultura, pues se rige por los mismos mecanismos de lo Inconsciente (Metáfora y Metonimia). 2) Representa lo angustiante de la castración, donde hacen participe el "Yo" (Como el lugar de las ilusiones) sus diversas jugadas. La ideología ecológica (que no tiene otro origen que preservar lo materno metafóricamente), la ideología de la caridad para el pobre (dirigida hacia el miedo de la miseria misma del sujeto vía identificación), la ideología política (compensatoria y demandante hacia lo paterno), el afán de liderazgo (terriblemente representando la angustia de la falta-en-ser), incluso la ideología militar (en tanto patriota muy parecida a la ecológica) y por último la religiosa propiamente dicha (pues en todas existe la re-ligazón del afecto al objeto) que simboliza la idealización del Otro paterno, objeto de demandas establecidas desde lo simbólico e imaginario, para cubrir aquello del orden de lo real. Hace recordar la obra freudiana: "Inhibición, síntoma y angustia" y "Lo siniestro" estableciendo como principio del placer repetir lo familiar en lo extraño, aquel deseo no cumplido que culmina con la plenitud de la realización sexual (en tanto general y no solamente genital). Es decir, según el termino, entonces el sujeto es inteligente, pues adapta a toda clase de situaciones vínculos familiares que le permiten realzar su narcicismo, más no implica un ser pensante, pues no reconoce la libertad que existe en el acto electivo de su des-vinculación con el otro, no se detiene a elaborar, sigue andando... No se cansa, solo resiste... No cuestiona, solo repite y he allí la propuesta de la ideología, simplemente limitarse a religar, manejar y documentar al débil mental que con tanto sarcasmo enuncio Lacan. 

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Manuel Alessandro Magnante 
"Fundación de la Ideología"
[Intervención pronunciada en la jornada "Psicoanalisis de lo social a lo clinico"]
Grupo Psicoanalítico Carabobo
Octubre, 2013. 

Imagen:
Anónimo.