El hombre en tanto como ser pensante constituido por avatares
pulsionales desde su infancia se destaca en una travesía, en un pase a la
sujeción como lo destacaría Lacan en su fija postura del hombre en tanto como
"sujeto", así como también es de notable margen bajo otras
teorías como las de Darwin que sostiene la primacía del narcicismo y el
instinto del hombre bajo su fidedigna teoría del más apto (retomada
más adelante por Nietzche, Freud, y otros). La cuestión por consiguiente en
estudio o puesta en la tela de juicio es el desenmascarar la ilusión del
"individualismo" que este -El hombre- sostiene bajo su ideología, que
no puede tener otra etiología mejor vista en su puesta en acto (Fantasmatica) y
con una explicación teórica más adecuada que la de dichos estudiosos del sujeto
anteriormente mencionados.
Para comenzar a ahondar la problemática es necesario revisar la
constitución general del sujeto que no tiene otro apunte más que hacia la
familia y la sociedad en tanto como estructura y superestructura hablando al
pie de termino sociológico, tomando estas cierta repetición vía ganancia
secundaria, muy parecido a la teoría del determinismo reciproco de
Bandura que sostiene que el aprendizaje se da del hombre a la sociedad y
viceversa, pues es así y no de otra manera como el sujeto es creado por una
familia que está sujeta a un parámetro social de la cual este sujeto pasara a
ser componente "ad" de la masa, y seguirá formando sujetos (Y es aquí
donde más suena descabellado) "más aptos" -Según sostenía Darwin-
para preservar (o prolongar) a la vida humana o en su defecto, miseria. Es un
circuito repetitivo que el mismo proceso lógico llamado silogismo establece:
1. -El
bebe se encuentra sujeto a los padres.
2. -El
niño se encuentra sujeto a los padres, la escuela y la religión (en tanto como
primera masa artificial y estructura de contención).
3. -El
adolescente se encuentra sujeto a los padres, la escuela, la religión, y
la sociedad per se (vista entonces como la fundadora del síntoma)
4. -El
adulto ya ahora “desarrollado” y creyente como individuo se encuentra sujeto a
aquello que dejo el deseo materno y la ley paterna, al trabajo como
prolongación de la escuela, a la religión, la sociedad como mandato para la
formación de la imagen e ideales, y la ideología política para redefinir y
compensar aquello que se mantuvo en falta durante la relación paterno filial
para seguir concatenando goce.
Todos estos “atravesamientos” que realiza el sujeto en su “desarrollo”
no son más que extensiones simbólicas de la función paterna, por tanto, ha de
verse difícil un hombre que pueda ser “individuo” en una sociedad “normalizada”
por la religión. Sin embargo, ¿Se trata de no depender en absoluto o de
pensarse en qué medida depender?
Tal parece que solo falta por colocársele la guinda al pastel. Pues he
aquí develado que el hecho de trabajar y constituir una familia no es sinónimo
de individuación sino una prolongación de la obra inserta por la sociedad (en
tanto sumamente política a pie de termino) y la familia como guía o canal de
los ideales no cumplidos en el cual se forma el síntoma, y se articula vía
pulsión (en tanto siempre de muerte, preñada de demanda e inserta en el
"yo") generando a priori no un goce, sino una sentencia de cómo se debe gozar y como es
de esperarse por lógica, una ganancia que no radica en el deseo del hombre (en
tanto paradójicamente no-natural de sí mismo) sino por el contrario de
satisfacer al Otro, al gran Amo, dando un parecido al modismo eterno de la
nodriza que se desvive por amamantar al otro que no es suyo propiamente. Es
decir, no se piensa y después se es (Como sentencia Descartes), sino que se te
hace existir (Como sentencia Heiddeger) para que luego creas pensar. Un “pensar”
que es ideológico, basado en el otro y no es de extrañar que por ser ideología
este fomentando en un complejo proceso transferencial donde se re-edita el
contenido transmitido por el Otro para a posteriori ser compensado en su
cumplimiento, no por ello significando que el sujeto cumple el deseo del Otro
por ser solamente sujeto, sino que al contrario lo hace porque así
imaginariamente (y no queda de otra) este se “cree” que ha cumplido un deseo
puro y exclusivo de sí, eso que en verdad lo hace creer(se) el más apto, forjando
la ilusión de “ser” líderes del otro (como siempre es y se vive en sociedad) y
no como líderes de sí mismo (como lo llego a mencionar Wilhelm Reich en su
obra: "El nuevo líder"). Es así como el significante “poder” captura de lo simbólico a lo imaginario (y por
diversos procesos de condensación y desplazamiento) la forma de ideología, un
recurso para intentar diferenciarse del otro, pero de asemejarse
identificatoriamente con un deseo universal en la miseria del hombre.
La ideología presenta 2 singularidades: 1) Se presenta como una
formación fantasiosa de lo Inconsciente, en tanto podemos categorizarla de
síntoma representativo del Mal-estar en la cultura, pues se rige por los mismos
mecanismos de lo Inconsciente (Metáfora y Metonimia). 2) Representa lo
angustiante de la castración, donde hacen participe el "Yo" (Como el
lugar de las ilusiones) sus diversas jugadas. La ideología ecológica (que no
tiene otro origen que preservar lo materno metafóricamente), la ideología de la
caridad para el pobre (dirigida hacia el miedo de la miseria misma del sujeto
vía identificación), la ideología política (compensatoria y demandante hacia lo
paterno), el afán de liderazgo (terriblemente representando la angustia de la
falta-en-ser), incluso la ideología militar (en tanto patriota muy parecida a
la ecológica) y por último la religiosa propiamente dicha (pues en todas existe
la re-ligazón del afecto al objeto) que simboliza la idealización del Otro
paterno, objeto de demandas establecidas desde lo simbólico e imaginario, para
cubrir aquello del orden de lo real. Hace recordar la obra freudiana:
"Inhibición, síntoma y angustia" y "Lo siniestro"
estableciendo como principio del placer repetir lo familiar en lo extraño,
aquel deseo no cumplido que culmina con la plenitud de la realización sexual
(en tanto general y no solamente genital). Es decir, según el termino, entonces
el sujeto es inteligente, pues adapta a toda clase de situaciones vínculos
familiares que le permiten realzar su narcicismo, más no implica un ser
pensante, pues no reconoce la libertad que existe en el acto electivo de su des-vinculación
con el otro, no se detiene a elaborar, sigue andando... No se cansa, solo
resiste... No cuestiona, solo repite y he allí la propuesta de la ideología,
simplemente limitarse a religar, manejar y documentar al débil mental que con
tanto sarcasmo enuncio Lacan.
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Manuel Alessandro Magnante
"Fundación de la Ideología"
[Intervención pronunciada en la jornada "Psicoanalisis de lo social a lo clinico"]
Grupo Psicoanalítico Carabobo
Octubre, 2013.
Imagen:
Anónimo.