Thursday, June 11, 2015

¿Hacer ley es un deseo genuino?



"El peligro del pasado era que los hombres fueran esclavos. Pero el peligro del futuro es que los hombres se conviertan en robots"
Erich Fromm

“¿No es criar y disciplinar a un animal que pueda hacer promesas la paradójica tarea que se ha impuesto la naturaleza respecto al hombre?”
Friedrich Nietzsche



     Joel Kinnaman interpreta a Alex Murphy, un padre de familia y policía que hace todo lo posible para reducir o en su defecto hacer un intento de detener el índice de criminalidad en la ciudad de Detroit. Murphy junto con su compañero Jack Lewis esta tras la pista de Antoine Vallon, jefe de una de las más peligrosas pandillas de la ciudad, quien ejerce cierta influencia dentro del departamento de policías para el cual trabaja Murphy a través  del contrabando de armas de alto calibre e incluso de usos militares, asimismo, Vallon se encarga típicamente como todo jefe de mafia de películas Hollywoodenses, de la producción, distribución y venta de drogas. Vallon, es un tipo del que literalmente todos los policías saben de su paradero, sus influencias y sus actos, pero a su vez ninguno se atreve a asumir un acto para detenerlo, pues supondría un riesgo. Ningún policía sostiene acto alguno, salvo Murphy, y esto le propina durante el avance de la trama un intento de homicidio. 


     Sucede que este intento de homicidio fue ordenado por Vallon a unos oficiales del departamento de policías, quienes al suponer un acercamiento de Murphy al descubrimiento de varios delitos ocasionados por ellos, deciden plantarle una “Bomba” en su automóvil. La detonación le procura quemaduras de tercer grado en más del 80% de su cuerpo, daños severos en sus órganos y la perdida de varias extremidades, su única manera de “salvarlo” es convirtiéndolo en una máquina, idea creada para fines políticos y de lucro por Raymond Sellars, director general de Omnicorp, este propone (por no decir que obliga) a la esposa de Murphy, como única opción, el consentimiento para convertirlo en un robot que serviría de mostración al campo social como uno de los proyectos más “avanzados y seguros” de “hacer ley y justicia”. 




     Y así, sucede que al cabo de varios meses Murphy es convertido en Robocop. Su primera reacción al despertar es relativa a la experimentación de la angustia. Se ve literalmente castrado y reducido a ser materialmente una máquina, solo “siente” que su única propiedad es su psiquismo, sus recuerdos, sueños y fantasías. Cuestiones que lo dividen como sujeto entre los objetivos que ordenan desde “La máquina” y si mismo. Entre el deseo del Otro (Desde el sistema que le comanda, en este caso Omnicorp) y desde su Subjetividad (Un deseo de hacer justicia de sí mismo, la cual se produce a partir de su historicidad). A partir de aquí, comenzamos a notar en un sentido simbólico la particularidad y semejanza aliterada entre varios significantes: Omnicorp y todo su sistema vienen a ser una metáfora de lo que adviene como la aparición del Otro Lacaniano, Murphy es típicamente el sujeto Lacaniano, y Robocop es la maquina en la que por medio de Omnicorp y la contingencia del ejercicio policial han convertido a Murphy. Es decir, Robocop es el móvil mediante el cual Omnicorp hace de Murphy una maquina a su servicio de lo que ellos consideran el “Hacer ley” (Cuestión que irónicamente apunta a fines políticos y económicos). 

     Desde la vertiente Freudiana (La cual no es nada distante de la Lacaniana) podemos valernos de su segunda tópica y afirmar que los personajes ocupan un lugar dinámico de las instancias psíquicas: Podemos ubicar Omnicorp como el típico perverso Super-yo que impera goce sobre el sujeto y opera los malestares ilusorios sobre el Yo, este Yo estaría ocupado por Robocop, es decir, una formación mediadora entre lo que el sujeto desea (Sujeto del Inconsciente) y lo que se le divide por Orden y límite del Otro, en este caso del Super-yo. Por último, el ello, viene a estar ocupado en el lugar de Alex Murphy, un hombre con un deseo de hacer justicia desde su particularidad histórica, a saber, de su fantasma. En resumen, Omnicorp (Sistema metafórico del Súper-yo), Robocop (El Yo) y Alex Murphy (Una formación parcialmente metafórica del Ello). Entre todo esto, existen posibles lecturas, por ahora nos inclinaremos a señalar una cuestión: A Alex Murphy se le ha salvado la vida convirtiéndolo en Robocop, a cambio de ello, es menester que este padezca del Otro que le ha salvado. Pero hay algo que se omite de ello y que da apertura en este caso al sujeto deseante: dentro de la máquina todavía hay un hombre, y él está en busca de justicia. 




     De esta manera, la historia del  Film de “Robocop” nos sirve como una expresión metafórica de lo que viene a simbolizar la maquina en tanto podemos decir que esta es un objeto fabricado por el deseo del Otro que se articula con el deseo subjetivo a través de la trampa de la demanda, pero pese a articularse, a conseguir brevemente un punto de encuentro, no se enlazan, por el contrario, se genera un malestar que revela la división del sujeto, y sobre ello, existen medidas tanto del Otro, como de sí mismo. Tal medida aparece en la escena en que Murphy (Ya en la hojalata de Robocop) comienza a recordar los sucesos de su intento de homicidio, a interrogarse sobre sí mismo y sobre su deseo, sobre su familia también. Al interrogarse consigue pistas sobre el crimen sobre si, estas son pistas que se relacionan íntimamente con actividades irregulares del departamento de policías, tales como la pérdida de armamentos en el departamento de evidencias. Murphy se vale del sistema incorporado de datos de Robocop y descubre que los sujetos que sostienen el acto corrupto en el departamento de policías son aquellos mismos que realizaron el intento de homicidio, y que a su vez están respaldados no solo por Vallon, sino por Karen Dean, jefa del departamento. Esto hace que el sujeto se asuma en una medida de represalia que evidencia la corrupción e ineficiencia del mismo departamento, cuestión que provoca que los administradores de Omnicorp (al vigilar los actos que hace Murphy a través de la maquina) decidan “apagar la maquina” de inmediato para así dejar este caso como “inconcluso”. 


     Lo que sigue es una escena particular: Con el fin de suprimir enteramente los recuerdos que impulsan a Murphy a hacer Justicia y cuidar de si, Omnicorp decide intervenirlo mediante una neurocirugía, reduciendo los niveles de dopamina, serotonina y varios neurotransmisores para así, reducir al sujeto al estatuto mínimo de una máquina que enteramente está dispuesta al servicio del Otro, maquillado como  un Otro incorrupto y deidoso. Esto es típicamente un significante que se evidencia en la escena institucional donde se interviene al sujeto mediante la medicación, la farmacología y la ciencia médica, omitiendo la primacía del psiquismo (O como bien sabemos, cuando se refiere al psiquismo el mejor medio para eliminar al sujeto de sí mismo es a través de la ideología, cuestión que el orden político conoce muy bien). Cuestión apropósito bastante simbólica e interesante del Otro hacer de su deseo en la Inter/in/vención sobre el sujeto que se padece. Sin embargo, más adelante se muestra lo esperado como siempre: Dicha operación fracasa sin una explicación aparentemente lógica. A través de ciertas Re-presentaciones  se re-producen recuerdos en Murphy y “se disparan” de manera “exagerada” sus neurotransmisores, cuestión que demuestra la primacía del psiquismo sobre lo biológico y el arte de los afectos, sobre los engaños. A partir de allí, Murphy nuevamente como sujeto deseante se sostiene en su acto de hacer justicia sobre si, y esto va en contra de todo el sistema y la “normalización” que habían hecho sobre él. Claramente, esto trae problemas sobre Omnicorp y este Otro, comienza a ser un Otro no tan deidoso y por el contrario, mortalizado, quizás demasiado humano y desfallecido entre su semblante fálico. Esta modalidad política se declina entonces en la medida que Murphy aun siendo salvado por el Otro, le rechaza y se cuida de si, separándose de órdenes ajenas a si, y revelando en su acto de cierta manera revolucionario que la ley es un producto del deseo del cada quien, y que la ley, ya no es “lo que era antes”, sino un salvaguardado del narcisismo del Amo. 




     De esta manera se puede leer con cautela la división entre una Justicia Moral (Inscrita por el Otro) y la Justicia Ética (Dada por el sujeto). La justicia moral es la que va maquinizada haciéndole creer al sujeto que es del orden de su deseo (Mayormente hecho de Otredad) como lo señala Gary Oldman interpretando a Dennet Norton: “Cuando la maquina está andando manda señales al cerebro de Alex Murphy haciéndole creer que está en control, pero no lo está, es la ilusión de la libre voluntad”. Mientras que en la Justicia Ética se vale de la separación del significante como engaño del Otro, y allí se hace la producción del sujeto ante el vacío de la cosa que queda sin significante, es decir, a partir del encuentro con un real, con su esencia, no con su existencia. Podríamos decir que pasa del Mucho ruido y poco ser, al Silencio y saber del Ser. Esto nos abre una pregunta crucial sobre el acontecer social y el lugar del sujeto que “desea hacer ley” bien sea en el ejército, un cuerpo policial u otras masas artificiales que sostienen el crimen como lo más humano y menos notorio de su proceder.


¿El sujeto desea hacer ley, o se le hace creer que la desea? 


     Esta es la pregunta fundamental del presente trabajo. Interrogar el lugar desde el que un sujeto desea hacer ley, sea cual sea la modalidad y articular desde el punto contingente de su historicidad cual es el móvil que le impulsa, cuestión que es de un proceder más útil y oportuno, pues revela la esencia de su deseo, es decir, allí puede existir la verdad o la farsa de su deseo y esto ya habla bastante de un sostén ético de sí mismo, cosa que escapa de la clínica de la mirada, aquella que comporta un sinfín de pruebas psicológicas con un límite muy marcado y poco admitido durante más de 50 años en ejercicio en nuestra sociedad, que por el hecho de renovarse en nuevas presentaciones no ha dejado de ser un mismo producto: Clínica de la mirada, del no arriesgar o poner en acto algo de orden terapéutico o analítico, y esto es ya de origen psicológico. De poca utilidad es interrogar un crimen o los móviles del crimen en un civil, si no hay garantía de la ética o del comité ético en un cuerpo policial, tal como se revela en “Robocop”. De lo contrario nos posicionamos en la misma situación de mal-estar generada por Omnicorp en el Film, la cual en una modificación a vida real, podríamos irónicamente llamar “Zombiecorp”. Es decir, estar presente ante la producción no de oficiales policiales, militares, activistas políticos, abogados, y cualquier otra disciplina que revele un estudio sobre el hombre, sino estar produciendo sin notoria importancia Zombies Maquinizados que juegan esos roles, dirigido por un orden ideológico comandado desde un Amo, que a partir de metáfora y metonimia del significante engaña en su demanda y perversamente no ofrece “lo que se desea por el bien social” sino que dice que se debe desear por el bien social, es decir, responde una demanda, con otra demanda, haciendo creer al receptor que en esa demanda se responde su deseo. 


     Tal es el caso que se ha vivido en la ciudad de Valencia, a través de los diversos actos realizados por la Policía de Carabobo como un fin para “neutralizar” a través de la violencia un estado protestante sobre un orden político con su correspondiente y conveniente ideología, o los casos que vemos en el ejército donde se asimilan sujetos con móviles perversos para omitir antecedentes penales, o como una manera dentro de “la ley” de ejercer sus “pequeños crímenes”. Esto apertura otra serie de interrogantes: ¿Qué impulsa a un sujeto a maquinizarse en su uniforme y hacer la ley del Otro? ¿Tiene que ver la Ley del Otro con el Acto de Justicia? De ser así: ¿No hay entonces un margen de corrupción dentro de la misma postulación de la ley? ¿El acto corrupto se corresponde a la traición de qué deseo? Estas preguntas marcan un límite que las pruebas psicométricas no pueden medir y que los actos pragmáticos temen alcanzar, pues invitan a tomar la práctica clínica y la psicología con cierto riesgo de alejarse de ilusiones morales y de engaños en sí mismo. Lacan decía que atravesar un análisis implica quitarse el pellejo, yo afirmo la sentencia Lacaniana y sostengo que abordar éticamente la práctica del análisis e invitando a la psicología a ello implica analizarse a sí mismo sobre nuestro deseo y esto, apunta  a quitarse un pellejo que está en cada mascara. A su vez, estas preguntas apuntan a un vacío del orden de lo real que “desmecha” los significantes y que parcialmente muestran en un bordeo que la relación de la ley y la justicia, dividida entre el Sujeto y el Otro es un objeto menester de investigación si se pretende realmente asumir un acto en vista del porvenir de un sujeto, de una cultura, o de una civilización como cuestiona Freud en “El porvenir de una Ilusión”






     Y esto no es algo extraño, no es algo novedoso formular una propuesta que se estructura en base a la interrogación de sí mismo. Desde Nietzsche, Foucault, y Heiddeger entre tantos filósofos de la Europa victoriana y la Europa de los 50´ podemos apreciar que la interrogación de sí mismo es el comienzo de un acto no-religado. En “La genealogía de la Moral” Nietzsche nos advierte sobre el espíritu altruista con los fines más pulcros y morales, esto lo sostiene a través de un amplio cuestionamiento del cristianismo y las clases políticas sobre sus actos nobles como un fin de prestigio, de operación psicológica y de influencia sobre los demás para mantener una posición de Amo. De hecho, afirma de manera contundente que el espíritu moralista, aquel que procura la ley o el bien por el otro en su contagio y exacerbación, es en sí mismo la amenaza misma del mal-estar en muchos, pues como buen sujeto que advierte sobre el descubrimiento de sus males, procura la idea de bondad, para que los males que ha realizado, no le sean realizables sobre si y así, poder extender la concatenación de sus actos. Cito: 



“El juicio de bondad no lo emiten aquellos a quienes se les dispensa la bondad. Por el contrario, fueron los propios buenos, esto es, los nobles, los poderosos, los fuertes, los individuos de posición y de sentimientos elevados quienes se vieron y se valoraron a sí mismos y a sus actos como buenos, es decir, como algo de rango superior, frente a todo lo bajo, servil, vulgar y plebeyo (…) Pretender que el fuerte no quiera dominar, someter o apoderarse de algo, que no ansié enemigos, resistencias y victorias, resulta tan absurdo como pretender que el débil se muestre fuerte”

     Por ello, la relación Amo/Esclavo de la cual Hegel fue precursor es también un punto a interrogar sobre la elección de este ejercicio en un sujeto. Es decir, nos permite abrir la interrogante sobre: ¿Cuál deseo esta? ¿El deseo del Otro sobre el deseo del sujeto? Por supuesto, el deseo es lo menos natural y se constituye desde otro lugar. 




     Muchas de las escenas que se han presenciado en Venezuela en los dos polos de la masa se pueden expresar a través del film que hemos analizado en un comienzo, y las preguntas formuladas en torno al deseo del sujeto hemos de revelar que poseen un carácter irónico, retorico y a su vez subversivo. Y solo pueden ser co-respondidas bajo el trabajo analítico del cada quien, que hoy por hoy demuestra que el lugar del zombie maquinizado corresponde al estatuto del vínculo social, y que el interrogarlo, es el comienzo de la respuesta de su mismo mal-estar, no solo en el lugar de la producción del crimen, sino en el sostén mismo de ese lugar de producción. 


     ¿Por qué el análisis? Es una pregunta que muchos hemos de respondernos subjetivamente, más aun cuando somos pseudoactivistas o pragmáticos, y no precisamente por elección. Esta pregunta pulveriza la afirmación Marxista: “Los filósofos se han limitado a comprender el mundo; de lo que se trata es de cambiarlo” (De su tesis XI). Tal vez, como dice Slavoj Zizek: “Tal vez en el siglo XX hemos tratado muy rápidamente de cambiar el mundo, es tiempo de interpretarlo de nuevo, de comenzar a pensar”. Pues esta forma de amar el saber a través de la pregunta quizás no pueda brindar todas las respuestas, pero puede hacer algo un poco más importante. Tan importante como dar respuesta, y esto es una condición básica para ello, tal vez la única condición para ello, es formularnos la pregunta correcta. Zizek de nuevo afirma: No solamente hay respuestas incorrectas, también existen las preguntas incorrectas. Hay preguntas que refieren a un determinado problema real, pero la manera en que se formulan, efectivamente confunden, mistifican y ofuscan el problema



     Es un fenómeno harto interesante, la pregunta no se realiza hacia el interior, sino que se problematiza a modo de respuesta en lo exterior, como leí hace poco por redes sociales: “El hombre ha descubierto otros planetas y muchos fenómenos fuera de él, pero curiosamente no ha conocido realmente las profundidades del mar de su propio planeta, aquel que habita”. Es una cita que bastantes invitaciones permite al psicoanálisis y sus practicantes hacia el campo institucional y el social. 


     Así que, ¿Cuáles eran nuestras preguntas con respecto al desear hacer Ley? 

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Manuel Alessandro Magnante
[Abril, 2014]
"Lo Robotizado del Deseo"
Escrito presentado en la jornada de Psicoanalisis & Criminologia del Grupo Psicoanalitico Carabobo en el auditorio de la Universidad Arturo Michelena. 


“Poco importa que dios haya muerto, pues el hombre levanta ahora otros altares”
Dolores Castillo Mirrat

Quienes tenemos conocimiento, nos desconocemos a nosotros mismos, lo cual tiene una buena base: Que nunca nos hemos buscado”

Friedrich Nietzsche

 




Tuesday, June 2, 2015

Devolver el mensaje Invertido / Humor y Técnica Psicoanalítica.

Nombrar la agudeza de la técnica psicoanalítica resulta decir en resumidas cuentas que la división subjetiva es un efecto, y como efecto radica en una causa: Devolver al sujeto su discurso como un mensaje invertido -interpretación mediante- de aquello sobre lo cual no quiere saber en pro de seguir gozando en cualquier escena posible -incluida por supuesto la  escena analítica-.

Ya nos lo decía el maestro Francés en una célebre del seminario XX: "Lo inconsciente es que el sujeto hablando goza (...) y no quiere saber nada de ello" ; o el maestro Vienés en "Recuerdo, repetición y elaboración" también afirmará: "Todo lo que el sujeto no accede a recordar por la vía de la palabra, lo recuerda (sin saber) en los actos cotidianos" ergo, el sujeto no solo no se quiere hacer responsable de su goce, porque eso equivale a perderlo a cambio de un saber, sino que también miente y como buen infante en cuerpo de adulto "lo hace sin querer" por la vía del significante, esta es una razón fundamental por la que Freud afirmará al comienzo de su obra: "Ya no creo en mis histéricas", máxima aún para cualquier analista no saber absolutamente nada en lo que respecta a la palabra, esta es si se observa, la enseñanza que nos arroja el estudio de la transferencia, nunca se nos habla por lo que somos, aunque debemos saber quienes somos y desde que lugar para hablarle -con palabra o con silencio- al analizante.

La oferta del psicoanálisis es realizar una labor de pensar(se) con respecto al goce y responsabilizar al sujeto del mismo; Es decir, para el psicoanálisis no existe una categoría donde Victima o Victimario son posiciones absolutas del azar, por el contrario, esos son lugares que ocupan cada cómplice de un goce ,"Eso eres tu" dirá Lacan más adelante en el mismo seminario XX.

¿Y qué significa eso de un mensaje invertido? ¿Es acaso decirle al neurótico que miente con su síntoma? paradojicamente el neurótico miente con su síntoma para enunciar una verdad sobre el deseo, más adelante también afirmará Lacan hacia el final de su obra, que lo real del síntoma es que hay un saber sobre el sujeto que da una orientación hacía el sinthome, es decir, aquello que lo anuda en tanto se sirve del Otro para prescindir de el, y así emerger un sujeto deseante, es decir, un sujeto con falta-en-ser (Muy contrario al discurso filosofico que encarna la promesa de un superhombre).

En resumidas cuentas, la ética del psicoanálisis es una poética sobre lo real, una forma de producir desde el desgarro con el Otro, una forma de pensarse separado de algo para poder comenzar a vivir una vida, que a la postre, tanto la palabra, el saber sobre lo inconsciente, o tanto incluso como todo lo que nos concierne a la subjetividad humana... Descubrimos que es un chiste, agudeza de la cual hoy el humor psicoanalítico nos sirve para ilustrar las elocuencias de la praxis. 


Manuel Alessandro Magnante
[Mayo, 2015]

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Humor:
El Pequeño Lacancito Ilustrado


Monday, June 1, 2015

La Magia de la Psicosintesis / Pregunta

Saludos Manuel.

     En esta oportunidad escribo por una pregunta que me ha resonado: ¿Cuando el saber filosófico, existencialista y reflexivo pasó a servir al discurso histérico? es decir, ¿Qué se intenta enmascarar?

     Fijate, me viene a la mente como ejemplo el como una frase tan preciosamente confusa como "Amar es dar lo que no se tiene a alguien que no es"- Jacques Lacan, empezase a repetirse ecolalicamente en las redes sociales por practicantes o estudiantes que, de repente, se han terminado creyendo en el lugar de la autentica iluminación, y las repiten una y otra vez como si de verdad la hubieran entendido. Y no solo eso, sino que ya desde una serie de elaboraciones clínicas, pase a ser un burdo saber popular al más puro estilo de "más platon, menos prozac". 

Gracias de antemano.
Atte: P.B.

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¡Hola! 

     Si, en efecto es un asunto harto preocupante de lo cual merece el más sumo de los cuidados interrogar el lugar desde el cual un sujeto se apropia de una verdad (Aquí hago uso de ese término, opuesto al de saber, más adelante daré cuenta del porqué), puesto que tampoco me autorizo como un superior o como un amo del campo epistemico para restringir al uso de las palabras, de eso se encargan los que gustan de ese goce con sus títulos universitarios, pero eso es "Harina de otro costal". 

     Hay un escrito de Freud titulado "Los Caminos de la Terapia Psicoanalítica" (1918) en el cual concluye con "Ein witz" (un chiste) muy sutil: opone la técnica psicoanalítica, de la práctica del profano que realiza "Psicosintesis" (La cual hoy en día se le podría cómodamente llamar "Autoayuda"). 

     Desde este lugar hago lectura de tu pregunta y de lo que ejemplificas. Ademas, ocupar ese lugar equivale a concluir la clínica de lo real y del goce, como una clínica universalizable, tal  cual discurso científico o religioso, es decir, aplico para uno y entonces, resulta aplicable para todos, lo cual es un imposible, porque la clínica de lo real es precisamente algo que "no concluye". La clínica psicoanalítica nos demuestra que la praxis es del caso por caso: Unos hermanos gemelos, que viven en el mismo barrio, en la misma casa, y con sus mismos padres, padecen un mismo cáncer, reciben el mismo tratamiento, durante el mismo tiempo, y al mismo trato, uno fallece, y el otro "se salva". ¿Porque? Esta es una pregunta que no corresponde a la certeza de una cita, o de un manual, sino, a la experiencia subjetiva del cada quien, que goza de una manera particular, y esto ya es crudo decirlo. 

     Un ejemplo que también hago mucho durante clases o conversatorios es el siguiente: Una paciente por contingencias de su goce, "queda" embarazada, viene al analista y le dice que no sabe que hacer -demanda mediante-  le pide de forma preguntona que le diga qué debe hacer, ¿Que haría un sujeto ocupando el lugar del analista? o para ser más precisos ¿Cual es la diferencia ética entre un practicante que ha pasado por un análisis y uno que no ha pasado por un análisis?  lo que he notado durante las enseñanzas y la práctica es que uno opta por devolver una pregunta, y el otro regala una certeza que luego le tendrá su costo. Es decir, hay quienes proponen el che vuoi?, otros, deciden ordenar al más puro estilo superyoico "hágalo" o "no lo haga" (según lo que opinen del aborto), y es allí es donde toca el limite esta "Psicosintesis": Se le dice al sujeto qué hacer con su problema, pero no lo que necesariamente pueda el sujeto hacer, sino lo que uno en lugar del sujeto haría, es decir, no trato con un sujeto, trato es con mi angustia puesta en el sujeto, a esto me refiero con la diferencia ética

     Estos ejemplos los propongo para articular una posible respuesta a tu pregunta: ¿Que se intenta enmascarar? La falta del sujeto, aquella cara de lo real que tanto angustia. Esta una de las tantas razones por las cuales el psicoanálisis propone una ética distinta a la del "librito y titulo universitario", en tanto estas son solo significantes que infatúan el yo del sujeto y engordan el síntoma como bien señalas. ¿Que sabe un Psicólogo, un Budista o un Coelho sobre la falta sino es buscar taponarla con palabras?  Esa es mi lectura, en cuanto el lugar del practicante cambia un saber por una verdad, o cuando ni siquiera sabe, sino que habla para no saber, a esto se refiere Lacan en el seminario XX cuando dice "Lo inconsciente es que el sujeto hablando, goza, y no quiere saber nada de eso" (Pag. 128)

     De esta notoria desfachatez, aquella en la cual el sujeto no es responsable salvo de pretender saber sobre el goce -titulo o libro mediante- nace la aclamada fama clínica por la cual un brujo sabe hacérsela igual de "bien" que un psicólogo, y ojo, fíjate bien que no critico el síntoma, por el contrario cuestiono es el lugar desde el cual un sujeto pretende hacer algo con su goce y sobre sus posibles consecuencias.

     A final de cuentas, sería mágico que un sujeto pueda realmente saber del goce como un universal, tal como lo pretenden muchos discursos que hacen "ecolalia" como dices. 

Saludos.
Manuel Alessandro Magnante
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Arte:
Pawla Kuczynskiego

Saturday, May 30, 2015

"Mujer Coraje" - Jacques Alain Miller / Reseña / Psicoanalisis & Feminidad.

     Quizá una "nobleza" del psicoanálisis respecto de la sexualidad y la subjetividad, es que rompe con el más allá de la mistificación que hacen "los profanos" o los "amos del saber científico". Es decir, allí donde se da una idea por cerrada, un analista formula una pregunta, y esta pregunta surte un efecto de división, ya lo que se sabe, pasa a ser lo que se supone que "ojala fuese", pero que ya no es, pero, ¿Y entonces qué es?

     Este es quizá, una entre tantas maneras de decir que el psicoanálisis es un tratamiento por la vía de lo simbólico, para lo real, termino formulado por el maestro francés Lacan. 

    De nuestra evidencia en la práctica y teorización nos podemos servir desde la enseñanza Freudiana, de nuestra práctica, o nuestro propio atravesamiento en un análisis, así como de la cultura de las distintas épocas para dar cuenta de las narraciones del cuerpo sobre lo real. Esto fue lo que se realizó en Freud cuando hizo pregunta allí donde el discurso médico hacía rechazo sobre el mal-estar puesto en cuerpo (¿Y donde más podría estar, sino es allí donde la palabra puede alojar?). En mi opinión, fue en el caso de Elizabeth von R, donde se puede iniciar la pregunta por lo femenino, fue ella quien podía alojar en la pierna un malestar que trascendía de la palabra, y marcaba un limite más allá de lo cultural, desde la pasión, el deseo, la rivalidad femenina, y un cierto coraje en complicidad con la Otra. Más adelante, y con sus obstáculos habría de re-formular la pregunta por el cuerpo Histerogeno en "Algunas consecuencias de la diferencia sexual anatómica" (1925) demostrando como el lugar del no-tener algo que otro tiene, puede formar una suerte de vinculo con su "forma-de-ser" por así llamarlo, en tanto ubicamos lo fálico no solo del lado de lo anatómico, sino a su vez del lado del símbolo de prestigio social que diferencia hombre/mujer dejando marca en el cuerpo psíquico. 

     Esto, me parece un abrebocas necesario para pensar(se) al leer el presente texto de Jacques Alain Miller que data del año 2010, y que ubica la posición femenina en una encrucijada de la cual solo se decide por la vía del deseo, desde el no tener (falta mediante) en cuanto que distingue y cuestiona la posición masculina imaginada como el estatuto de completud y máxima potencia, a la de un simple poseedor de algo, en tanto solo puede ocuparse de ello con el miedo a perder, mientras que la mujer, "nada" tiene que perder, y es precisamente de allí donde aparecen las vicisitudes de lo femenino en el arte, la cultura, y el vinculo con el Otro sexo. .. Allí donde el deseo esta atrapado por la cola. 

     A final de cuentas, ¿No es la histérica quien realmente sabe algo de lo cual las ciencias bastadas de obsesivos pretenden saber sobre el goce? 

     Resta solo un arte de escuchar lo que dice entre las lineas de lo que se dice. Esta es la oferta del psicoanálisis respecto de la angustia, del goce, y de otros ingredientes de la vida cotidiana: 

Quitar una por una la certeza y evocar un saber (cuidar) sobre sí.

Manuel Alessandro Magnante.
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     Una fórmula radical acerca del coraje puede decir: las mujeres tienen coraje y los hombres son cobardes. Esto se entiende a partir de la referencia fálica, según se tenga o no el órgano que, en el cuerpo, encarna el significante fálico: los hombres tienen algo que proteger. Un hombre es un dueño. Es esencialmente un dueño; gestionará mejor o peor su propiedad, pero está condicionado por ella. Las mujeres, con respecto a la referencia fálica, no tienen nada que perder. No tener nada que perder puede otorgar un coraje sin límite, aun feroz: mujeres que, para salvar lo más precioso, están preparadas para ir hasta el final sin detenerse, dispuestas a luchar como quieran.

     Es cierto que el sentimiento de un hándicap puede conducir a la posición de víctima, de queja o de miedo, pero es en la mujer donde se observa la inversión súbita del miedo en el coraje sin límite, cuando se toca lo que se debe respetar; en el extremo, se puede ver a la más miedosa de las mujeres convertirse de pronto en una heroína.

   La cobardía fundamental de los hombres es que están embarazados por algo que tienen que proteger; eso puede despertar en ellos la ferocidad del dueño amenazado de robo, pero es a los hombres a quienes les gusta negociar, dialectizar, todo eso para proteger lo que hay que proteger; es muy distinto de hablar.

     Si se plantea respecto de hombres y mujeres lo que Hegel llamaba "lucha por puro prestigio", que da lugar a un amo y un esclavo, podría parecer que los hombres salen amos y las mujeres se someten, pero no es así. El hombre, aunque pueda parecer que manda, es el esclavo, el siervo. Lo es porque, de manera estructural, el que sale siervo de esa lucha es el que debe proteger algo –en Hegel, supuestamente su vida–. Pero si el sujeto femenino ya ha perdido todo y no tiene nada que proteger, se encuentra en la posición estructural del amo. La voluntad despreciada como insensatez, el capricho, se encuentra del lado de la mujer. Hay una función errática en la voluntad de la mujer. Las mujeres gozan de su voluntad. Así lo reconoce Lacan cuando habla del Deseo de la Madre. El Deseo de la Madre es el capricho, es decir, la voluntad sin reglas, mientras que el Nombre-del-Padre es la autoridad, pero en la medida en que depende de reglas. Y por eso hay un desfasaje: el hombre, amo-siervo, se inscribe en el discurso del amo; los amos hombres son siempre solamente amos de siervos, son falsos amos, como lo denunció Nietzsche. Mientras que la dominación femenina se desprende de un discurso histérico, es decir, de una posición de un amo sin reglas que denuncia al falso amo, él mismo siervo de las reglas.

Entonces, para definir una brújula en la cuestión del coraje, hay que fundarse en la relación entre el coraje y la castración. El coraje siempre se ubica en el franqueamiento de la barrera del horror a la feminidad. Hay coraje cuando se franquea esta barrera. El horror a la feminidad lo tienen los dos sexos, pero más los hombres que las mujeres.

     Entonces también hay una cobardía de las mujeres en el horror a la feminidad, que tiene que ver con proteger su imagen y eventualmente la belleza de su imagen, como última protección antes del horror de la castración. Esta barrera que constituye el culto a la imagen bella, a lo que una supuestamente quiere ser para al menos un hombre –que también hace al culto a la imagen–, es lo que regularmente hace más difícil para las mujeres que para los hombres la palabra pública. La palabra en público significa sacrificar algo de la protección de la imagen, del fetiche de la imagen.

     La de los hombres es la cobardía bien escondida, son tan cobardes que esconden la cobardía misma, es decir que van a luchar en otro lugar que en la relación de los sexos; en el campo del saber polemizan, subrayan errores de tipografía en las tesis o, más avanzados, cuando están realmente inquietos sobre su virilidad, se vuelven militares. Es lo que el joven Lacan señaló en su texto "La psiquiatría inglesa y la guerra". Hace esta anotación: "El valor viril que expresa el tipo más acabado de la formación tradicional del oficial entre nosotros –y la tradición militar francesa tiene su peso importante– me ha parecido en muchas ocasiones como una compensación de lo que nuestros ancestros habrían llamado cierta debilidad en la cama". Es buscar las insignias de oficiales de la virilidad precisamente para huir del otro campo de batalla, del campo de batalla fundamental, del campo de batalla de hombres y mujeres. De tal manera que el coraje sexual es lo mismo que el coraje epistémico, es afrontar el otro sexo en la medida en que lo femenino es el sexo Otro también para las mujeres. Como dice Lacan, la mujer es otra para ella misma.

     Si uno toma como punto de partida que el fenómeno fundamental es el horror a la feminidad, se entiende que el miedo al padre es algo que cubre ese horror. Es mejor tener miedo del padre para que no se sepa que el horror es a la feminidad, de tal manera que el padre terrible es siempre, una vez que se analiza, una especie de marioneta que viene a recubrir el horror fundamental. La religión nos propuso temer a Dios. Lacan lo analiza en el Seminario 3, respecto de la primera escena de Atalía, de Racine, donde todo gira en torno de realizar la erección de un Otro terrible que tiene la ventaja de recubrir el horror que existe.

     Eso conduce a considerar el tema de Don Juan. Una gran cuestión es qué es el coraje de Don Juan, si es que hay un coraje de Don Juan. Don Juan supuestamente encarna la figura de al menos un hombre que no tendría ningún horror a la feminidad y que recoge la serie de mujeres, una serie, una fórmula de la suma. Hay algo inquietante en este movimiento de una más, que Lacan interpretó una vez como: finalmente, si continúa buscando, es que nunca encuentra lo que buscaba. Esto supone que Don Juan busca el falo que tendría una mujer y que nunca lo encuentra, y continúa buscando, que busca a la mujer con falo, de tal manera que no tiene miedo. Pero ¿por qué busca a la mujer con falo? Se ve muy bien: busca a la madre, la madre primaria. Por eso Don Juan es una figura opuesta a la del padre; Don Juan es el hijo que toma a su cuenta a todas las mujeres del padre de Totem y tabú, que roba al padre todas las mujeres pero bajo la forma de la serie.

     La ópera de Mozart, el relato clásico de Don Juan, lo muestra: la historia empieza con el asesinato de un padre y ese padre vuelve al final, el padre muerto; el final de Don Juan es la venganza del padre muerto contra el hijo que ha robado todas las mujeres. Don Juan se dirige a las mujeres con un quizá, quizá ésta va a tenerlo, y clínicamente hay casos de donjuanismo, hay algunos que no sufren de esto, pero hay bastantes que sufren como de un síntoma. En varias ocasiones, como dice Lacan, se constata que en el origen del donjuanismo hay un padre concernido, herido en su potencia; es como una función del padre aminorado y generalmente en pareja con una madre fálica. Finalmente, el supuesto coraje de Don Juan en la relación de los sexos se paga con un miedo fundamental al padre, que puede permitir realizar la alianza del petit Don Juan con la madre fálica.

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Jacques Alain Miller [1944 - Presente]
Articulo: "Mujer Coraje" [2010]
Arte:
Frida Kahlo [1907 -1954]
"Autoretrato"

Friday, May 29, 2015

"La Poesía eres Tú" - Gustavo Adolfo Bécquer / Poesía.



En una ocasión me preguntaste:¿Qué es la poesía?

(...)

¿Qué es la poesía? me dijiste; y yo, que no soy muy fuerte en esto de las definiciones, te respondí titubeando: la poesía es... es... y sin concluir la frase buscaba inútilmente en mi memoria un término de comparación, que no acertaba a encontrar.

(...)

Mis ojos que, a efecto sin duda de la turbación que experimentaba, habían errado un instante sin fijarse en ningún sitio, se volvieron entonces instintivamente hacia los tuyos, y exclamé al fin: ¡la poesía... la poesía eres tú!

¿Te acuerdas?

(...)

¿Por qué no hablar con franqueza? En aquel momento di aquella definición, porque la sentí, sin saber siquiera si decía un disparate. Después lo he pensado mejor, y no dudo al repetírtelo. La poesía eres tú.

(...)

Sobre la poesía no ha dicho nada casi ningún poeta; pero en cambio hay bastante papel emborronado por muchos que no lo son.

El que la siente se apodera de una idea, la envuelve en una forma, la arroja en el estadio del saber y pasa. Los críticos se lanzan entonces sobre esa forma, la examinan, la disecan y creen haberla comprendido cuando han hecho su análisis.

La disección podrá revelar el mecanismo del cuerpo humano; pero los fenómenos del alma, el secreto de la vida ¿cómo se estudian en un cadáver?

(...)

La poesía eres tú, te he dicho, porque la poesía es el sentimiento y el sentimiento es la mujer.

La poesía eres tú porque esa vaga aspiración a lo bello que la caracteriza y que es una facultad de la inteligencia en el hombre, en ti pudiera decirse que es un instinto.

La poesía eres tú porque el sentimiento que en nosotros es un fenómeno accidental y pasa como una ráfaga de aire, se halla tan íntimamente unido a tu organización especial, que constituye una parte de ti misma.

Últimamente, la poesía eres tú; porque tú eres el foco de donde parten sus rayos.

El genio verdadero tiene algunos atributos extraordinarios que Balzac llama femeninos y que efectivamente lo son.

En la escala de la inteligencia del poeta hay notas que pertenecen a la de la mujer y éstas son las que expresan la ternura, la pasión y el sentimiento. Yo no sé por qué los poetas y las mujeres no se entienden mejor entre sí. Su manera de sentir tiene tantos puntos de contacto. Quizás por eso... pero dejemos digresiones y volvamos al asunto.

(...)

La poesía es en el hombre una cualidad puramente del espíritu; reside en su alma, vive con la vida incorpórea de la idea y para revelarla necesita darle una forma. Por eso la escribe.

En la mujer, por el contrario, la poesía está como encarnada en su ser; su aspiración, sus presentimientos, sus pasiones y su destino son poesía: vive, respira, se mueve en una indefinible atmósfera de idealismo que se desprende de ella, como un fluido luminoso y magnético; es, en una palabra, el verbo poético hecho carne.

Sin embargo, a la mujer se la acusa vulgarmente de prosaísmo. No es extraño. En la mujer es poesía casi todo lo que piensa; pero muy poco de lo que habla. La razón yo la adivino, y tú la sabes.

(...)

La poesía es al saber de la humanidad lo que el amor a las otras pasiones.

Deja esta carta, cierra tus ojos al mundo exterior que te rodea, vuélvelos a tu alma, presta atención a los confusos rumores que se elevan de ella, y acaso la comprenderás como yo.
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Gustavo Adolfo Bécquer [1836 - 1870]
Fragmentos de:"Cartas Literarias a una Mujer"
Tomado de: La mujer de Piedra.

Arte:
Zinaida Serebriakova 
[1940]


Thursday, May 28, 2015

"Poema de las Cosas" - José Ángel Buesa / Poesia.



Quizás estando sola, de noche, en tu aposento
oirás que alguien te llama sin que tú sepas quién,
y aprenderás entonces, que hay cosas como el viento
que existen ciertamente, pero que no se ven...

Y también es posible que una tarde de hastío
como florece un surco, te renazca un afán,
y aprenderás entonces que hay cosas como el río
que se están yendo siempre, pero que no se van...

O al cruzar una calle, tu corazón risueño
recordará una pena que no tuviste ayer
y aprenderás entonces que hay cosas como el sueño,
cosas que nunca han sido, pero que pueden ser...

Por más que tú prefieras ignorar estas cosas
sabrás por qué suspiras oyendo una canción
y aprenderás entonces que hay cosas como rosas,
cosas que son hermosas, sin saber que lo son...

Y una tarde cualquiera, sentirás que te has ido
y un soplo de ceniza regará tu jardín,
y aprenderás entonces, que el tiempo y el olvido
son las únicas cosas que nunca tienen fin.

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José Ángel Buesa [1910 - 1982]
Poema de las Cosas

Arte:
Dominique Regnier
[1951 - Presente]

Wednesday, May 27, 2015

"El triste" - Heinrich Heine / Poesía.



A compasión mueve a todos
triste y pálido mancebo,
que en el rostro lleva escritos
sus callados sufrimientos.

Sus sienes calenturientas
refresca piadoso el viento;
doncellas bien desdeñosas
le ven con ojos benévolos.
Huyendo de todos, corre
al bosque, donde risueños
los pájaros y las hojas
forman alegre concierto.

Pero enmudecen las aves
y ruge el bosque siniestro
apenas ven que se acerca
el afligido mancebo.

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Heinrich Heine [1797 - 1856]
Romance
"El Triste"

Arte:
Lucien Freud
Autoretraro

Tuesday, May 26, 2015

"Efímera" - Julian Osca Soriano / Poesía.


Si bien fuiste mi alma por meses
Fuiste criatura por mí idealizada,
Mujer al fin, hecha de niña
De amplio corazón y clarísima mirada.

Por mí amada, de entre todas las mujeres
Con querer simple y lleno de ilusiones, nacido de  entre muchas mentes y pasiones, luchas de amor entre dos seres amados.

Vendados los ojos a propósito, te quise y te querré por mucho tiempo, te amo y te amaré en el lontano, pues me hiciste mucho bien, y me hiciste mucho daño.

Todo lo que te di en realidad fue poco
A cambio de unos meses de tu vida
Traté de hacerte feliz y no fue en vano, tratamos simplemente de vivir y lo logramos.

Pero quisiera tú recordaras que mis recuerdos son de roca, de roca que no se acaba, espérame, para sin fin volver a vivir mañana.


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Julian Osca Soriano [1940 - Presente]
Poemarío de Juventud.
"Efimera"
[Agosto, 1966]

Arte:
Soledad Fernández
[Madrid, 1949 - Presente]

Thursday, May 14, 2015

Entre el Deseo de la Madre / Apetito cocodrilesco / Demanda



“Cuando el Deseo de la Madre Habla”
  
     Cuan iluso y patético aquel que cree que la droga es “cualquier sustancia que al ser introducida en el organismo puede modificar una o más funciones de este”, suena tan burlesco que lo aplaudo para que se dejen engañar y no sepan que es realmente UNA droga.

     ¿Sabes que es un in-vestigador? Para mi es alguien que sabe averiguar sobre si, alguien que busca saber sobre si, por eso me gusta jugar con las palabras cuando decimos “in-vestigador”, pero esos científicos, de saber de si, no saben nada, solo suponen, son “mal-in-vestigados”; Lo que ellos no saben es que la mejor droga no ha venido en paqueticos, ni en cigarrillos que “dan risa”, ellos creen que un programa de rehabilitación me cambiara, que esconderán mi más fina hierba, pero ¡yo la consigo donde quiera! Porque está dentro de mí, no importa cuánto me quites, me importa es cuanto vuelvo a conseguir como “pedacitos de goce”, porque perderla no es una opción.

     ¿Sabes cuál es el problema del adicto? ¡Jah! ¡Que tonto! No es la droga en sí, el problema de un adicto, un buen adicto, hombre o mujer, bajo cualquier rol, no es la droga, su verdadero problema esta cuando la droga falla, cuando desaparece, cuando ya no está, como cuando mamá se va y el niño queda solo, el niño tiembla de terror demandando a la madre, al adicto le dicen que es “efecto de abstinencia” por ese objeto que bien metaforiza “algo”,  y es que se siente igual que la soledad de un niño, o la soledad que la madre siente sin su hijo para existir, o la pareja que se quedó sin su pedacito de otro. ¿Pero esas categorías son válidas? ¿Se vale decir esos roles? Padre, hijo, pareja… ¡Bah! Para mí cuando hablamos de “esos amores” yo bien sé que son otras pequeñas drogas, como La Coca, La Marihuana, el LCD, o mi mejor sedante, La Heroína (Bien sea en su presentación como Mujer o como Inyectadora). Da igual como lo llames, importa es que este conmigo para poder existir sin el dolor de Ser-Solo.

     Me gusta la tomadita que da un tal Lacan sobre el objeto a, bien dice que es un objeto de transición entre el Otro y el Sujeto para designar un intento de relación con lo perdido. A veces, como buen adicto, me pregunto ¿Quién está perdido? ¿El Otro? ¿O el sujeto en su levedad de ser como dice Kundera en su portada Libro? ¡Qué casualidad que Droga termina en la a que designa al objeto! Mi querida droga que me ha de dar existencia, consistencia, mientras ahoga la poca esperanza de mi deseo de ser. 
¿Cuándo Nietzsche hablo del Superhombre, acaso conocía de estas drogas? Lo dudo.

     Los buenos adictos, aquellos que solo saben existir con el A, y de los cuales hay muchos, tantos que ni se reconocen por sus distintas adicciones, aquellos que acusan de adictos a todo aquel adicto que no comparta su adicción, esos, de apetito cocodrilesco como el deseo de la madre, esos que abren bien la boca, son los que comen pedacitos de goce, mientras cagan a tajos lo que les queda de vida, tanto a ellos, como el residuo de sujeto que ocupa el lugar de droga.


“Confesiones del deseo de la Madre”

     Aún recuerdo cuando era pequeña, tenía 2 juguetes. Uno de ellos siempre se dañaba, tenía otro juguete que vendría a repararlo, una vez me puse a jugar con ellos a las peleas, uno dañaba al otro. De un momento a otro, me di cuenta que no eran mis juguetes, yo era su juego, ellos apenas tenían vida, siempre y cuando yo fuese la pieza central de su juego que ellos llamaban “Unión” o “Matrimonio”. ¿Quién sabe de qué juegos se habrían privado ellos para llegar a necesitar jugar tan bélicamente?

     Con el pasar del tiempo, tuve una metamorfosis, fue como la del conocido Samza, él se convirtió en un insecto, yo tuve una especie de mutación, la mitad de mi cuerpo era yo como tal, la otra era un cigarrillo que se consumía lentamente, de esos que dan risa. La cuestión era paradójica, mientras más se consumía esa mitad “cigarrosa” (bien fumada por mis padres), más prontamente comenzaba también a desaparecer una parte de mí, pero también, mientras más me consumían, más deseaba ser consumida, era placentero ser tan necesitada, es una experiencia única sentir como en la medida que desaparece una parte de mi ser, el ser deseada es una opción para existir. Los “adictos” tienen esos efectos fisiológicos que los científicos le llaman “abstinencia”, pero yo en mis padres veía algo que trascendía a lo físico cuando no podían consumirme, ellos se angustiaban de maneras increíbles, cuando no me consumían pensaban en divorciarse, renunciar al trabajo, y más interesante aún, cuando no me consumían, salían a relucir sus verdaderos problemas. Lo lindo de ser fumada es que me lo hacen con amor, tal vez consumirme sea eso que llaman “hacerme el amor”, me toman como su píldora de felicidad, y lo hacen con “mucho amor” (Aunque sabemos que esas son pequeñas palabras que aspiran a cubrir grandes tragedias con banales ilusiones, pero ojo, que quede en secreto, pues ser devorada es solo el principio).

     Un día me di de cuenta que yo también podía darme “un pase” o quizás una fumadita, mis padres entre sus adicciones enfermaron, seguramente porque ellos no sabían controlar sus vicios, yo admito que no era el único. Mi padre también tenía una marcada adicción por el dinero y otras cosas que podía comprar con el mismo, era increíble, sin el dinero es como si no tuviese tarjeta de presentación, era un colapso, para él la labor de ser era esencialmente en tener cuantas drogas tuviese a la mano: Carro, casas, pagas las deudas, créditos bancarios, pensar en trabajar para producir aún más, tomar cervezas todos los viernes, hablar de política, ir a la misa todos los domingos, etc. Por su parte, mi madre, era un tanto más hipotecaria, le gustaba ser benevolente con sus proveedores, a cambio de culpabilizarlos cuando no fuese bien atendida, así era con mi padre, mi hermano, o cualquier hombre que no pudiese cubrir su adicción de ser deseada ¿Pueden creerlo? ¡Sufrir por no ser deseada! ¡Que tonta! Yo sé que yo puedo vivir sin ser deseada, no es la gran cosa, yo solo dije que me encanta ser deseada, más nada. La muy tonta cree que un cigarrillo o la música era una buena suplencia de sus dolencias, quizás acompañar a mi papá a la misa no era buena idea, no hacía más que hablarme de otra presentación de “píldora de felicidad” llamada “dios”, debe de ser bastante fuerte porque sus efectos mundiales son… ¡Wow! Sin embargo, esos son ellos, yo sé que si yo quiero, puedo dejar mis adicciones, ellos no supieron medirse.

     La mitad de mi cuerpo sigue hecha cenizas, la otra mitad, toma un poco de vida, ya que me di cuenta que en la medida que consumo a mis hijas, como mis padres hacían conmigo, en esa medida una parte de mi siente menos angustia. Mis hijas son unos bombones adorables, me recuerdan a mi juventud, unos cuerpos bellos y unos sentimientos hermosos, mi miedo es que siempre se topen con esa clase de hombres que solo quieren follar por diversión como si ellas fuesen meros objetos sexuales para el consumo masculino, son mis hijas ante todo y quiero lo mejor para ellas, mis suculentos cigarrillos, al consumirlos me hacen sentirme en el lugar de ellas, joven, en ese lugar de deseo. Que lastima a veces cuando me doy de cuenta que llevare toda la vida con el mismo marido y que por estúpidos compromisos me reasigno diariamente a estas rutinas. Me cuesta imaginar que mis hijas se vayan de casa, quedarme sola con mi marido es una tarea harto impredecible, es gracias a ellas que soy madre y que como madre durante tantos años no se han visto las cenizas de la mitad de mi.


     Suelo preguntarme si mis hijas se convertirán en las mismas cenizas que mis padres hicieron de mí, pero sé que lo hago mejor que ellos y que solo quiero lo mejor para ellas, quien me diga lo contrario, pues que se lo consuma otra boca. Aunque pensándolo bien, siento que de heredar un complejo, he heredado el de ser adicta, adicta a esa pequeña droga llamada “amor” que puede anestesiar el dolor de ser, o al menos, de ser el resto de lo que queda de mi ser, a pesar de que lo he descuidado con mucho afán, como un jardín sin el invierno necesario. 

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Manuel Alessandro Magnante.
"De ese amor y Otras drogas"
[Julio, 2014]

Arte:
Balthus
"Clase de Guitarra"