Saturday, May 30, 2015

"Mujer Coraje" - Jacques Alain Miller / Reseña / Psicoanalisis & Feminidad.

     Quizá una "nobleza" del psicoanálisis respecto de la sexualidad y la subjetividad, es que rompe con el más allá de la mistificación que hacen "los profanos" o los "amos del saber científico". Es decir, allí donde se da una idea por cerrada, un analista formula una pregunta, y esta pregunta surte un efecto de división, ya lo que se sabe, pasa a ser lo que se supone que "ojala fuese", pero que ya no es, pero, ¿Y entonces qué es?

     Este es quizá, una entre tantas maneras de decir que el psicoanálisis es un tratamiento por la vía de lo simbólico, para lo real, termino formulado por el maestro francés Lacan. 

    De nuestra evidencia en la práctica y teorización nos podemos servir desde la enseñanza Freudiana, de nuestra práctica, o nuestro propio atravesamiento en un análisis, así como de la cultura de las distintas épocas para dar cuenta de las narraciones del cuerpo sobre lo real. Esto fue lo que se realizó en Freud cuando hizo pregunta allí donde el discurso médico hacía rechazo sobre el mal-estar puesto en cuerpo (¿Y donde más podría estar, sino es allí donde la palabra puede alojar?). En mi opinión, fue en el caso de Elizabeth von R, donde se puede iniciar la pregunta por lo femenino, fue ella quien podía alojar en la pierna un malestar que trascendía de la palabra, y marcaba un limite más allá de lo cultural, desde la pasión, el deseo, la rivalidad femenina, y un cierto coraje en complicidad con la Otra. Más adelante, y con sus obstáculos habría de re-formular la pregunta por el cuerpo Histerogeno en "Algunas consecuencias de la diferencia sexual anatómica" (1925) demostrando como el lugar del no-tener algo que otro tiene, puede formar una suerte de vinculo con su "forma-de-ser" por así llamarlo, en tanto ubicamos lo fálico no solo del lado de lo anatómico, sino a su vez del lado del símbolo de prestigio social que diferencia hombre/mujer dejando marca en el cuerpo psíquico. 

     Esto, me parece un abrebocas necesario para pensar(se) al leer el presente texto de Jacques Alain Miller que data del año 2010, y que ubica la posición femenina en una encrucijada de la cual solo se decide por la vía del deseo, desde el no tener (falta mediante) en cuanto que distingue y cuestiona la posición masculina imaginada como el estatuto de completud y máxima potencia, a la de un simple poseedor de algo, en tanto solo puede ocuparse de ello con el miedo a perder, mientras que la mujer, "nada" tiene que perder, y es precisamente de allí donde aparecen las vicisitudes de lo femenino en el arte, la cultura, y el vinculo con el Otro sexo. .. Allí donde el deseo esta atrapado por la cola. 

     A final de cuentas, ¿No es la histérica quien realmente sabe algo de lo cual las ciencias bastadas de obsesivos pretenden saber sobre el goce? 

     Resta solo un arte de escuchar lo que dice entre las lineas de lo que se dice. Esta es la oferta del psicoanálisis respecto de la angustia, del goce, y de otros ingredientes de la vida cotidiana: 

Quitar una por una la certeza y evocar un saber (cuidar) sobre sí.

Manuel Alessandro Magnante.
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     Una fórmula radical acerca del coraje puede decir: las mujeres tienen coraje y los hombres son cobardes. Esto se entiende a partir de la referencia fálica, según se tenga o no el órgano que, en el cuerpo, encarna el significante fálico: los hombres tienen algo que proteger. Un hombre es un dueño. Es esencialmente un dueño; gestionará mejor o peor su propiedad, pero está condicionado por ella. Las mujeres, con respecto a la referencia fálica, no tienen nada que perder. No tener nada que perder puede otorgar un coraje sin límite, aun feroz: mujeres que, para salvar lo más precioso, están preparadas para ir hasta el final sin detenerse, dispuestas a luchar como quieran.

     Es cierto que el sentimiento de un hándicap puede conducir a la posición de víctima, de queja o de miedo, pero es en la mujer donde se observa la inversión súbita del miedo en el coraje sin límite, cuando se toca lo que se debe respetar; en el extremo, se puede ver a la más miedosa de las mujeres convertirse de pronto en una heroína.

   La cobardía fundamental de los hombres es que están embarazados por algo que tienen que proteger; eso puede despertar en ellos la ferocidad del dueño amenazado de robo, pero es a los hombres a quienes les gusta negociar, dialectizar, todo eso para proteger lo que hay que proteger; es muy distinto de hablar.

     Si se plantea respecto de hombres y mujeres lo que Hegel llamaba "lucha por puro prestigio", que da lugar a un amo y un esclavo, podría parecer que los hombres salen amos y las mujeres se someten, pero no es así. El hombre, aunque pueda parecer que manda, es el esclavo, el siervo. Lo es porque, de manera estructural, el que sale siervo de esa lucha es el que debe proteger algo –en Hegel, supuestamente su vida–. Pero si el sujeto femenino ya ha perdido todo y no tiene nada que proteger, se encuentra en la posición estructural del amo. La voluntad despreciada como insensatez, el capricho, se encuentra del lado de la mujer. Hay una función errática en la voluntad de la mujer. Las mujeres gozan de su voluntad. Así lo reconoce Lacan cuando habla del Deseo de la Madre. El Deseo de la Madre es el capricho, es decir, la voluntad sin reglas, mientras que el Nombre-del-Padre es la autoridad, pero en la medida en que depende de reglas. Y por eso hay un desfasaje: el hombre, amo-siervo, se inscribe en el discurso del amo; los amos hombres son siempre solamente amos de siervos, son falsos amos, como lo denunció Nietzsche. Mientras que la dominación femenina se desprende de un discurso histérico, es decir, de una posición de un amo sin reglas que denuncia al falso amo, él mismo siervo de las reglas.

Entonces, para definir una brújula en la cuestión del coraje, hay que fundarse en la relación entre el coraje y la castración. El coraje siempre se ubica en el franqueamiento de la barrera del horror a la feminidad. Hay coraje cuando se franquea esta barrera. El horror a la feminidad lo tienen los dos sexos, pero más los hombres que las mujeres.

     Entonces también hay una cobardía de las mujeres en el horror a la feminidad, que tiene que ver con proteger su imagen y eventualmente la belleza de su imagen, como última protección antes del horror de la castración. Esta barrera que constituye el culto a la imagen bella, a lo que una supuestamente quiere ser para al menos un hombre –que también hace al culto a la imagen–, es lo que regularmente hace más difícil para las mujeres que para los hombres la palabra pública. La palabra en público significa sacrificar algo de la protección de la imagen, del fetiche de la imagen.

     La de los hombres es la cobardía bien escondida, son tan cobardes que esconden la cobardía misma, es decir que van a luchar en otro lugar que en la relación de los sexos; en el campo del saber polemizan, subrayan errores de tipografía en las tesis o, más avanzados, cuando están realmente inquietos sobre su virilidad, se vuelven militares. Es lo que el joven Lacan señaló en su texto "La psiquiatría inglesa y la guerra". Hace esta anotación: "El valor viril que expresa el tipo más acabado de la formación tradicional del oficial entre nosotros –y la tradición militar francesa tiene su peso importante– me ha parecido en muchas ocasiones como una compensación de lo que nuestros ancestros habrían llamado cierta debilidad en la cama". Es buscar las insignias de oficiales de la virilidad precisamente para huir del otro campo de batalla, del campo de batalla fundamental, del campo de batalla de hombres y mujeres. De tal manera que el coraje sexual es lo mismo que el coraje epistémico, es afrontar el otro sexo en la medida en que lo femenino es el sexo Otro también para las mujeres. Como dice Lacan, la mujer es otra para ella misma.

     Si uno toma como punto de partida que el fenómeno fundamental es el horror a la feminidad, se entiende que el miedo al padre es algo que cubre ese horror. Es mejor tener miedo del padre para que no se sepa que el horror es a la feminidad, de tal manera que el padre terrible es siempre, una vez que se analiza, una especie de marioneta que viene a recubrir el horror fundamental. La religión nos propuso temer a Dios. Lacan lo analiza en el Seminario 3, respecto de la primera escena de Atalía, de Racine, donde todo gira en torno de realizar la erección de un Otro terrible que tiene la ventaja de recubrir el horror que existe.

     Eso conduce a considerar el tema de Don Juan. Una gran cuestión es qué es el coraje de Don Juan, si es que hay un coraje de Don Juan. Don Juan supuestamente encarna la figura de al menos un hombre que no tendría ningún horror a la feminidad y que recoge la serie de mujeres, una serie, una fórmula de la suma. Hay algo inquietante en este movimiento de una más, que Lacan interpretó una vez como: finalmente, si continúa buscando, es que nunca encuentra lo que buscaba. Esto supone que Don Juan busca el falo que tendría una mujer y que nunca lo encuentra, y continúa buscando, que busca a la mujer con falo, de tal manera que no tiene miedo. Pero ¿por qué busca a la mujer con falo? Se ve muy bien: busca a la madre, la madre primaria. Por eso Don Juan es una figura opuesta a la del padre; Don Juan es el hijo que toma a su cuenta a todas las mujeres del padre de Totem y tabú, que roba al padre todas las mujeres pero bajo la forma de la serie.

     La ópera de Mozart, el relato clásico de Don Juan, lo muestra: la historia empieza con el asesinato de un padre y ese padre vuelve al final, el padre muerto; el final de Don Juan es la venganza del padre muerto contra el hijo que ha robado todas las mujeres. Don Juan se dirige a las mujeres con un quizá, quizá ésta va a tenerlo, y clínicamente hay casos de donjuanismo, hay algunos que no sufren de esto, pero hay bastantes que sufren como de un síntoma. En varias ocasiones, como dice Lacan, se constata que en el origen del donjuanismo hay un padre concernido, herido en su potencia; es como una función del padre aminorado y generalmente en pareja con una madre fálica. Finalmente, el supuesto coraje de Don Juan en la relación de los sexos se paga con un miedo fundamental al padre, que puede permitir realizar la alianza del petit Don Juan con la madre fálica.

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Jacques Alain Miller [1944 - Presente]
Articulo: "Mujer Coraje" [2010]
Arte:
Frida Kahlo [1907 -1954]
"Autoretrato"

Friday, May 29, 2015

"La Poesía eres Tú" - Gustavo Adolfo Bécquer / Poesía.



En una ocasión me preguntaste:¿Qué es la poesía?

(...)

¿Qué es la poesía? me dijiste; y yo, que no soy muy fuerte en esto de las definiciones, te respondí titubeando: la poesía es... es... y sin concluir la frase buscaba inútilmente en mi memoria un término de comparación, que no acertaba a encontrar.

(...)

Mis ojos que, a efecto sin duda de la turbación que experimentaba, habían errado un instante sin fijarse en ningún sitio, se volvieron entonces instintivamente hacia los tuyos, y exclamé al fin: ¡la poesía... la poesía eres tú!

¿Te acuerdas?

(...)

¿Por qué no hablar con franqueza? En aquel momento di aquella definición, porque la sentí, sin saber siquiera si decía un disparate. Después lo he pensado mejor, y no dudo al repetírtelo. La poesía eres tú.

(...)

Sobre la poesía no ha dicho nada casi ningún poeta; pero en cambio hay bastante papel emborronado por muchos que no lo son.

El que la siente se apodera de una idea, la envuelve en una forma, la arroja en el estadio del saber y pasa. Los críticos se lanzan entonces sobre esa forma, la examinan, la disecan y creen haberla comprendido cuando han hecho su análisis.

La disección podrá revelar el mecanismo del cuerpo humano; pero los fenómenos del alma, el secreto de la vida ¿cómo se estudian en un cadáver?

(...)

La poesía eres tú, te he dicho, porque la poesía es el sentimiento y el sentimiento es la mujer.

La poesía eres tú porque esa vaga aspiración a lo bello que la caracteriza y que es una facultad de la inteligencia en el hombre, en ti pudiera decirse que es un instinto.

La poesía eres tú porque el sentimiento que en nosotros es un fenómeno accidental y pasa como una ráfaga de aire, se halla tan íntimamente unido a tu organización especial, que constituye una parte de ti misma.

Últimamente, la poesía eres tú; porque tú eres el foco de donde parten sus rayos.

El genio verdadero tiene algunos atributos extraordinarios que Balzac llama femeninos y que efectivamente lo son.

En la escala de la inteligencia del poeta hay notas que pertenecen a la de la mujer y éstas son las que expresan la ternura, la pasión y el sentimiento. Yo no sé por qué los poetas y las mujeres no se entienden mejor entre sí. Su manera de sentir tiene tantos puntos de contacto. Quizás por eso... pero dejemos digresiones y volvamos al asunto.

(...)

La poesía es en el hombre una cualidad puramente del espíritu; reside en su alma, vive con la vida incorpórea de la idea y para revelarla necesita darle una forma. Por eso la escribe.

En la mujer, por el contrario, la poesía está como encarnada en su ser; su aspiración, sus presentimientos, sus pasiones y su destino son poesía: vive, respira, se mueve en una indefinible atmósfera de idealismo que se desprende de ella, como un fluido luminoso y magnético; es, en una palabra, el verbo poético hecho carne.

Sin embargo, a la mujer se la acusa vulgarmente de prosaísmo. No es extraño. En la mujer es poesía casi todo lo que piensa; pero muy poco de lo que habla. La razón yo la adivino, y tú la sabes.

(...)

La poesía es al saber de la humanidad lo que el amor a las otras pasiones.

Deja esta carta, cierra tus ojos al mundo exterior que te rodea, vuélvelos a tu alma, presta atención a los confusos rumores que se elevan de ella, y acaso la comprenderás como yo.
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Gustavo Adolfo Bécquer [1836 - 1870]
Fragmentos de:"Cartas Literarias a una Mujer"
Tomado de: La mujer de Piedra.

Arte:
Zinaida Serebriakova 
[1940]


Thursday, May 28, 2015

"Poema de las Cosas" - José Ángel Buesa / Poesia.



Quizás estando sola, de noche, en tu aposento
oirás que alguien te llama sin que tú sepas quién,
y aprenderás entonces, que hay cosas como el viento
que existen ciertamente, pero que no se ven...

Y también es posible que una tarde de hastío
como florece un surco, te renazca un afán,
y aprenderás entonces que hay cosas como el río
que se están yendo siempre, pero que no se van...

O al cruzar una calle, tu corazón risueño
recordará una pena que no tuviste ayer
y aprenderás entonces que hay cosas como el sueño,
cosas que nunca han sido, pero que pueden ser...

Por más que tú prefieras ignorar estas cosas
sabrás por qué suspiras oyendo una canción
y aprenderás entonces que hay cosas como rosas,
cosas que son hermosas, sin saber que lo son...

Y una tarde cualquiera, sentirás que te has ido
y un soplo de ceniza regará tu jardín,
y aprenderás entonces, que el tiempo y el olvido
son las únicas cosas que nunca tienen fin.

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José Ángel Buesa [1910 - 1982]
Poema de las Cosas

Arte:
Dominique Regnier
[1951 - Presente]

Wednesday, May 27, 2015

"El triste" - Heinrich Heine / Poesía.



A compasión mueve a todos
triste y pálido mancebo,
que en el rostro lleva escritos
sus callados sufrimientos.

Sus sienes calenturientas
refresca piadoso el viento;
doncellas bien desdeñosas
le ven con ojos benévolos.
Huyendo de todos, corre
al bosque, donde risueños
los pájaros y las hojas
forman alegre concierto.

Pero enmudecen las aves
y ruge el bosque siniestro
apenas ven que se acerca
el afligido mancebo.

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Heinrich Heine [1797 - 1856]
Romance
"El Triste"

Arte:
Lucien Freud
Autoretraro

Tuesday, May 26, 2015

"Efímera" - Julian Osca Soriano / Poesía.


Si bien fuiste mi alma por meses
Fuiste criatura por mí idealizada,
Mujer al fin, hecha de niña
De amplio corazón y clarísima mirada.

Por mí amada, de entre todas las mujeres
Con querer simple y lleno de ilusiones, nacido de  entre muchas mentes y pasiones, luchas de amor entre dos seres amados.

Vendados los ojos a propósito, te quise y te querré por mucho tiempo, te amo y te amaré en el lontano, pues me hiciste mucho bien, y me hiciste mucho daño.

Todo lo que te di en realidad fue poco
A cambio de unos meses de tu vida
Traté de hacerte feliz y no fue en vano, tratamos simplemente de vivir y lo logramos.

Pero quisiera tú recordaras que mis recuerdos son de roca, de roca que no se acaba, espérame, para sin fin volver a vivir mañana.


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Julian Osca Soriano [1940 - Presente]
Poemarío de Juventud.
"Efimera"
[Agosto, 1966]

Arte:
Soledad Fernández
[Madrid, 1949 - Presente]

Thursday, May 14, 2015

Entre el Deseo de la Madre / Apetito cocodrilesco / Demanda



“Cuando el Deseo de la Madre Habla”
  
     Cuan iluso y patético aquel que cree que la droga es “cualquier sustancia que al ser introducida en el organismo puede modificar una o más funciones de este”, suena tan burlesco que lo aplaudo para que se dejen engañar y no sepan que es realmente UNA droga.

     ¿Sabes que es un in-vestigador? Para mi es alguien que sabe averiguar sobre si, alguien que busca saber sobre si, por eso me gusta jugar con las palabras cuando decimos “in-vestigador”, pero esos científicos, de saber de si, no saben nada, solo suponen, son “mal-in-vestigados”; Lo que ellos no saben es que la mejor droga no ha venido en paqueticos, ni en cigarrillos que “dan risa”, ellos creen que un programa de rehabilitación me cambiara, que esconderán mi más fina hierba, pero ¡yo la consigo donde quiera! Porque está dentro de mí, no importa cuánto me quites, me importa es cuanto vuelvo a conseguir como “pedacitos de goce”, porque perderla no es una opción.

     ¿Sabes cuál es el problema del adicto? ¡Jah! ¡Que tonto! No es la droga en sí, el problema de un adicto, un buen adicto, hombre o mujer, bajo cualquier rol, no es la droga, su verdadero problema esta cuando la droga falla, cuando desaparece, cuando ya no está, como cuando mamá se va y el niño queda solo, el niño tiembla de terror demandando a la madre, al adicto le dicen que es “efecto de abstinencia” por ese objeto que bien metaforiza “algo”,  y es que se siente igual que la soledad de un niño, o la soledad que la madre siente sin su hijo para existir, o la pareja que se quedó sin su pedacito de otro. ¿Pero esas categorías son válidas? ¿Se vale decir esos roles? Padre, hijo, pareja… ¡Bah! Para mí cuando hablamos de “esos amores” yo bien sé que son otras pequeñas drogas, como La Coca, La Marihuana, el LCD, o mi mejor sedante, La Heroína (Bien sea en su presentación como Mujer o como Inyectadora). Da igual como lo llames, importa es que este conmigo para poder existir sin el dolor de Ser-Solo.

     Me gusta la tomadita que da un tal Lacan sobre el objeto a, bien dice que es un objeto de transición entre el Otro y el Sujeto para designar un intento de relación con lo perdido. A veces, como buen adicto, me pregunto ¿Quién está perdido? ¿El Otro? ¿O el sujeto en su levedad de ser como dice Kundera en su portada Libro? ¡Qué casualidad que Droga termina en la a que designa al objeto! Mi querida droga que me ha de dar existencia, consistencia, mientras ahoga la poca esperanza de mi deseo de ser. 
¿Cuándo Nietzsche hablo del Superhombre, acaso conocía de estas drogas? Lo dudo.

     Los buenos adictos, aquellos que solo saben existir con el A, y de los cuales hay muchos, tantos que ni se reconocen por sus distintas adicciones, aquellos que acusan de adictos a todo aquel adicto que no comparta su adicción, esos, de apetito cocodrilesco como el deseo de la madre, esos que abren bien la boca, son los que comen pedacitos de goce, mientras cagan a tajos lo que les queda de vida, tanto a ellos, como el residuo de sujeto que ocupa el lugar de droga.


“Confesiones del deseo de la Madre”

     Aún recuerdo cuando era pequeña, tenía 2 juguetes. Uno de ellos siempre se dañaba, tenía otro juguete que vendría a repararlo, una vez me puse a jugar con ellos a las peleas, uno dañaba al otro. De un momento a otro, me di cuenta que no eran mis juguetes, yo era su juego, ellos apenas tenían vida, siempre y cuando yo fuese la pieza central de su juego que ellos llamaban “Unión” o “Matrimonio”. ¿Quién sabe de qué juegos se habrían privado ellos para llegar a necesitar jugar tan bélicamente?

     Con el pasar del tiempo, tuve una metamorfosis, fue como la del conocido Samza, él se convirtió en un insecto, yo tuve una especie de mutación, la mitad de mi cuerpo era yo como tal, la otra era un cigarrillo que se consumía lentamente, de esos que dan risa. La cuestión era paradójica, mientras más se consumía esa mitad “cigarrosa” (bien fumada por mis padres), más prontamente comenzaba también a desaparecer una parte de mí, pero también, mientras más me consumían, más deseaba ser consumida, era placentero ser tan necesitada, es una experiencia única sentir como en la medida que desaparece una parte de mi ser, el ser deseada es una opción para existir. Los “adictos” tienen esos efectos fisiológicos que los científicos le llaman “abstinencia”, pero yo en mis padres veía algo que trascendía a lo físico cuando no podían consumirme, ellos se angustiaban de maneras increíbles, cuando no me consumían pensaban en divorciarse, renunciar al trabajo, y más interesante aún, cuando no me consumían, salían a relucir sus verdaderos problemas. Lo lindo de ser fumada es que me lo hacen con amor, tal vez consumirme sea eso que llaman “hacerme el amor”, me toman como su píldora de felicidad, y lo hacen con “mucho amor” (Aunque sabemos que esas son pequeñas palabras que aspiran a cubrir grandes tragedias con banales ilusiones, pero ojo, que quede en secreto, pues ser devorada es solo el principio).

     Un día me di de cuenta que yo también podía darme “un pase” o quizás una fumadita, mis padres entre sus adicciones enfermaron, seguramente porque ellos no sabían controlar sus vicios, yo admito que no era el único. Mi padre también tenía una marcada adicción por el dinero y otras cosas que podía comprar con el mismo, era increíble, sin el dinero es como si no tuviese tarjeta de presentación, era un colapso, para él la labor de ser era esencialmente en tener cuantas drogas tuviese a la mano: Carro, casas, pagas las deudas, créditos bancarios, pensar en trabajar para producir aún más, tomar cervezas todos los viernes, hablar de política, ir a la misa todos los domingos, etc. Por su parte, mi madre, era un tanto más hipotecaria, le gustaba ser benevolente con sus proveedores, a cambio de culpabilizarlos cuando no fuese bien atendida, así era con mi padre, mi hermano, o cualquier hombre que no pudiese cubrir su adicción de ser deseada ¿Pueden creerlo? ¡Sufrir por no ser deseada! ¡Que tonta! Yo sé que yo puedo vivir sin ser deseada, no es la gran cosa, yo solo dije que me encanta ser deseada, más nada. La muy tonta cree que un cigarrillo o la música era una buena suplencia de sus dolencias, quizás acompañar a mi papá a la misa no era buena idea, no hacía más que hablarme de otra presentación de “píldora de felicidad” llamada “dios”, debe de ser bastante fuerte porque sus efectos mundiales son… ¡Wow! Sin embargo, esos son ellos, yo sé que si yo quiero, puedo dejar mis adicciones, ellos no supieron medirse.

     La mitad de mi cuerpo sigue hecha cenizas, la otra mitad, toma un poco de vida, ya que me di cuenta que en la medida que consumo a mis hijas, como mis padres hacían conmigo, en esa medida una parte de mi siente menos angustia. Mis hijas son unos bombones adorables, me recuerdan a mi juventud, unos cuerpos bellos y unos sentimientos hermosos, mi miedo es que siempre se topen con esa clase de hombres que solo quieren follar por diversión como si ellas fuesen meros objetos sexuales para el consumo masculino, son mis hijas ante todo y quiero lo mejor para ellas, mis suculentos cigarrillos, al consumirlos me hacen sentirme en el lugar de ellas, joven, en ese lugar de deseo. Que lastima a veces cuando me doy de cuenta que llevare toda la vida con el mismo marido y que por estúpidos compromisos me reasigno diariamente a estas rutinas. Me cuesta imaginar que mis hijas se vayan de casa, quedarme sola con mi marido es una tarea harto impredecible, es gracias a ellas que soy madre y que como madre durante tantos años no se han visto las cenizas de la mitad de mi.


     Suelo preguntarme si mis hijas se convertirán en las mismas cenizas que mis padres hicieron de mí, pero sé que lo hago mejor que ellos y que solo quiero lo mejor para ellas, quien me diga lo contrario, pues que se lo consuma otra boca. Aunque pensándolo bien, siento que de heredar un complejo, he heredado el de ser adicta, adicta a esa pequeña droga llamada “amor” que puede anestesiar el dolor de ser, o al menos, de ser el resto de lo que queda de mi ser, a pesar de que lo he descuidado con mucho afán, como un jardín sin el invierno necesario. 

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Manuel Alessandro Magnante.
"De ese amor y Otras drogas"
[Julio, 2014]

Arte:
Balthus
"Clase de Guitarra"

Wednesday, May 13, 2015

Versar sobre la Palabra/ Lectura de la Palabra.



La Palabra

Si se inscribe como ley
Aquello que al sujeto aliena
Más en nombre del mesianismo
Me hace ver con pesimismo
Y es hacer dura faena
Tratar de hacer al hombre su propio rey.

Si se inscribe como ley
Debe ser cuestionada
Pues si solo es aceptada
Hace el cura su grey.

Aquello que al sujeto aliena pueden ser vicios o virtudes
Dependiendo de las latitudes
Se le aplaude o se le condena.

Más en nombre del mesianismo
Se rompe la barricada
Se anula la estampada
Del propio individualismo.

Me hace ver con pesimismo
El futuro del hombre
Que anudado en el “nombre”
Se “libra” de ser el mismo.

Y es hacer dura faena
El educar al oprimido
Pues ha sido convencido
Que es justa su condena

Tratar de hacer al hombre su propio rey
Que domine a gusto su vida
Y que ponga en estampida
Al que quiera imponerle su ley.

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Meyer Lozano Quintana
"La Palabra"
[Marzo, 2013]

Arte:
Bansky

Tuesday, May 12, 2015

Lógica del Significante / Articulo.

El ser humano es un ser social en la medida que puede comunicarse con otros y eso es posible a través del lenguaje en común, es decir, de un sistema de signos de significado universal en el que la palabra reposa, se funda y se articula en discursos específicos. La lengua, por tanto, es parte del lenguaje, es su producto social. Ferdinand De Saussure nos demuestra esto en su obra "Curso de lingüística general", obra póstuma redactada por colegas suyos. A través de su enunciado del signo, el significante (S) y el significado (s)  sostiene firmemente su postura tomada ulteriormente  por Lacan para su reinvención del psicoanálisis freudiano: "El significante es una imagen acústica". De Saussure hizo lo que en su época era necesario hacer para que Lacan lo retomase y como muchas obras más les diera otra dirección y horizonte, este es sin dudas el progreso del psicoanálisis y el psiquismo del hombre, donde se ha demostrado incesantemente que el hombre es un tesoro de significantes que no le son propios sino que le han sido habitados por el Otro, por su deseo, y con un vehículo particular, arbitrario y paradójicamente subjetivo: El lenguaje. Es decir, el hombre en el campo simbólico existe,  y existe gracias al Otro que le habita con significantes de algún deseo, pero el hombre no-es-un-ser. Solo existe.

     La imagen acústica es una referencia un tanto compleja pues indica un proceder cognitivo y altamente cultural, aparte de lingüístico para su entender que en el sentido de la palabra es lógico, más no apreciable a simple vista. La imagen acústica hace referencia al significante (imagen "x", enunciación, audición, imagen "x" "y" "z") obviamente en tanto este es enunciado por un transmisor e imaginado por su receptor, esta es la conceptualización y operación del significante como imagen acústica, una transmisión del enunciante, y muchas imágenes para el receptor con el fin de localizar la imagen y concepto propio que le es referido, que de entrada  comienza a hacer referencia al deseo del Otro, y sus vías de desplazamiento y condensación (metáfora y metonimia) a modo de ejemplo se puede tomar una palabra: Árbol. Esta palabra inmediatamente al ser escuchada o recibida de inmediato crea una imagen para significar referencia a esta misma, una imagen concreta, ahora, lo que refiere a la cadena de significantes es que hay miles de clases de árboles: Chaguaramo, camoruco, caucho, cedro, apamate, roble, caoba, merecure, samán, etc (por hablar de los más emblemáticos en Venezuela). Y esto tomando una palabra por sí sola, pues el significante varía en su función y transmisión en la medida que le son agregados más significantes (Articulo, adjetivo, sujeto, verbo, predicado, emoción, tono, volumen, deseo, metonimia, metáfora, etc.) En concordancia con la re significación de Lacan se puede sostener en que el lenguaje es apertura del mundo interno del sujeto y de la Otredad que este involucra, en tanto que como el mismo  Lacan sostiene: "El lenguaje esta primero al hombre". Es preciso diferenciar el lenguaje y el hablar: El lenguaje es el conjunto de signos y símbolos a disposición de un sujeto en una determinada cultura para establecer un discurso. El hablar es la utilización y articulación del lenguaje como medio para el sujeto producir un discurso específico que permita exteriorizar su acontecer interno hacia el vínculo social. Aquí hare una parada para poder dar apertura a un tema crucial sobre la instancia de la letra, del significante y de la existencia subjetiva, este es: El nombre. 



     Se está habitado de lenguaje y por consiguiente de significantes desde antes de nacer, ergo, se está habitado de los restos del Otro. Precisamente porque antes de ser ya se existe con un nombre que desde el Otro tiene un significado, sea manifiesto o latente, donde metafórica y fantasmaticamente se deposita un primer deseo del Otro dando una travesía y atravesamiento del Otro sobre el cuerpo psíquico ajeno a su deseo, pero sujeto a él en fin. En este sentido, se comienza a volver sujeto-social, vía lenguaje donde paradójicamente el "Yo" hablando religiosamente, es la construcción a la imagen y semejanza del deseo del Otro. El nombre, la firma, la elección objetal, incluso hasta la castración son respuestas acordes al deseo del Otro, en tanto esto puede ser sostenido a través de una figura topológica como lo es "toro" que nos demuestra como el deseo del sujeto es una ilusión que recorre con goce el vacío de la demanda del Otro.  De no ser así, la teoría del estadio del espejo y su relación con la psicosis no tendría validez, pues con basamento en el mito de narciso que se ahoga al ver su reflejo es apreciable hasta donde se llega el deseo del Otro, la perversión del Otro en nombre del amor. Es decir, el psicótico, es psicótico porque el otro lo configura así, no permitiéndole el desarrollo de su configuración espacial y temporal  aislándolo en el deseo materno y su narcisismo primario (caso autista), es psicótico porque el otro al desearlo para sí y anular el vínculo con el otro (semejante), produce el mecanismo operativo llamado forclusión, pues en toda estructura esta la castración, solo que lo que las diferencia son mecanismos específicos en respuesta hacia la castración, y su proceder en base al mismo deseo del Otro. Con respecto a los afectos, como lo único que no engaña, que se distingue del significante, podemos adelantar con respecto a la psicosis que es una farsa sostener que el psicótico no se angustia o no tiene pulsión, si es así entonces ¿cómo es que toma agua cada 5 minutos? ¿Porque grita o se angustia?  ¿Cuál es su significado en el delirio y la alucinación sino es una operación no-completa del lenguaje donde solo existe la metáfora pero no la transformación del significante como lo es la metonimia?. El psicótico, contrario a lo que dicen muchos psicoanalistas, no carece de lo simbólico (Significante), lo tiene, pero forcluido precisamente, es decir, alejado, distante, y cerrado, pero allí esta. Es por esta observación que el trabajo analítico con la psicosis va de hacer una suplencia, un sympthom, algo que anude de una u otra manera el significante. Y esto por solo hablar del psicótico y su lugar respecto al significante, pues en el terreno de las neurosis o las perversiones hay mucha más “Tela para cortar”.

     Todo esto nos ha de indicar entonces que el sujeto es In-significante, es decir, está cargado de significantes, está cargado de otredad, del deseo, del mandato, de imagos, que bien lo configuran como neurótico, perverso o psicótico en el “peor” de los casos. Esto quiere decir en el sentido más estricto que la elección, en tanto es elección de un significante, no es elección de nuestro deseo, sino que el deseo está configurado por la demanda del Otro y que el deseo del sujeto se perfila como lo menos natural del sujeto como diría Lacan: "El deseo, es el deseo del Otro".
    
     Esto viene a ser entonces direccionado, extendido siniestramente y cumplido por vía a su vez de nuestras tendencias e inclinaciones sociales entre otras: La iglesia, el ejército, la política, el equipo de futbol, la pareja, etc. Son simples formas de repetición a través de las elecciones ideológicas u objetales, en sus diversos significantes. Es decir, no nos gusta el dinero, sino lo que ello simboliza para el Otro y que hace efecto sobre nosotros. La congruencia que pueda mantener el significante como síntoma, no está distante de un carácter fantasmatico como revelador de lo inconsciente (saber) y del Otro, tal como observamos en la presentación de palabras que definen una suerte de deseo en contextos altamente simbólicos y representativos de la historicidad del sujeto, como: “Libertad”; “Amor”; “Paz”; “Felicidad”, que increíblemente tienen más relación con la Otredad del ser sujeto, que con el individuo mismo.  Hermann Hesse decía: "Nuestras inclinaciones tienen una asombrosa habilidad para disfrazarse de ideología", y esto es precisamente lo que nos demuestra la labor analítica y su teoría. Nuevamente que la construcción desde el Otro es a través del resto que este deja, que con el símbolo (palabra) lo vehiculiza e inscribe en el sujeto dejándole entonces un lápiz que no es suyo, con una letra que no conoce en una hoja que no le pertenece. 

    Es precisamente aquí donde pretende llegar la labor analítica, brindarle al sujeto un lugar y un tiempo sumamente valioso para pensar(se), para cuestionar(se) y para editar(se) en su travesía que había llevado con la mochila del Otro, es por ello que el analista trabaja por su transferencia, su inconsciente, su palabra, y como tal, desde lo simbólico a lo real, no deseando nada al sujeto, salvo el deseo de análisis,  para así poder brindar al sujeto la emergencia de-su-ser-ahí, si desease algo sobre el sujeto estaría en resumidas cuentas extendiendo la existencia del sujeto, existencia que viene a significar que existe para el Otro, pues un analista deseante de curar es para el analizante un equivalente de un vaso de agua salada para un sediento, en resumidas cuentas, no ayuda, y mantiene con sed al analizante, una sed en el orden de su-ser.


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Manuel Alessandro Magnante
"In-significante(S): Las marcas del Otro"
[Escrito presentado como apertura a la clase sobre el significante]
Grupo Psicoanalitico Carabobo
Julio, 2013.

Imagen:
Copia de la Banda de Moebius de M.C. Escher.

Monday, May 11, 2015

Ideología y lugar del Otro / Aproximaciones




     El hombre en tanto como ser pensante constituido por avatares pulsionales desde su infancia se destaca en una travesía, en un pase a la sujeción como lo destacaría Lacan en su fija postura del hombre en tanto como "sujeto", así como también es de notable margen bajo otras teorías como las de Darwin que sostiene la primacía del narcicismo y el instinto del hombre bajo su fidedigna teoría del más apto (retomada más adelante por Nietzche, Freud, y otros). La cuestión por consiguiente en estudio o puesta en la tela de juicio es el desenmascarar la ilusión del "individualismo" que este -El hombre- sostiene bajo su ideología, que no puede tener otra etiología mejor vista en su puesta en acto (Fantasmatica) y con una explicación teórica más adecuada que la de dichos estudiosos del sujeto anteriormente mencionados. 

     Para comenzar a ahondar la problemática es necesario revisar la constitución general del sujeto que no tiene otro apunte más que hacia la familia y la sociedad en tanto como estructura y superestructura hablando al pie de termino sociológico, tomando estas cierta repetición vía ganancia secundaria, muy parecido a la teoría del determinismo reciproco de Bandura que sostiene que el aprendizaje se da del hombre a la sociedad y viceversa, pues es así y no de otra manera como el sujeto es creado por una familia que está sujeta a un parámetro social de la cual este sujeto pasara a ser componente "ad" de la masa, y seguirá formando sujetos (Y es aquí donde más suena descabellado) "más aptos" -Según sostenía Darwin- para preservar (o prolongar) a la vida humana o en su defecto, miseria. Es un circuito repetitivo que el mismo proceso lógico llamado silogismo establece:

1.    -El bebe se encuentra sujeto a los padres.

2.    -El niño se encuentra sujeto a los padres, la escuela y la religión (en tanto como primera masa artificial y estructura de contención). 

3.    -El adolescente se encuentra sujeto a los padres, la escuela, la religión, y la sociedad per se (vista entonces como la fundadora del síntoma)

4.    -El adulto ya ahora “desarrollado” y creyente como individuo se encuentra sujeto a aquello que dejo el deseo materno y la ley paterna, al trabajo como prolongación de la escuela, a la religión, la sociedad como mandato para la formación de la imagen e ideales, y la ideología política para redefinir y compensar aquello que se mantuvo en falta durante la relación paterno filial para seguir concatenando goce. 

     Todos estos “atravesamientos” que realiza el sujeto en su “desarrollo” no son más que extensiones simbólicas de la función paterna, por tanto, ha de verse difícil un hombre que pueda ser “individuo” en una sociedad “normalizada” por la religión. Sin embargo, ¿Se trata de no depender en absoluto o de pensarse en qué medida depender?

     Tal parece que solo falta por colocársele la guinda al pastel. Pues he aquí develado que el hecho de trabajar y constituir una familia no es sinónimo de individuación sino una prolongación de la obra inserta por la sociedad (en tanto sumamente política a pie de termino) y la familia como guía o canal de los ideales no cumplidos en el cual se forma el síntoma, y se articula vía pulsión (en tanto siempre de muerte, preñada de demanda e inserta en el "yo") generando a priori no un goce, sino una sentencia de cómo se debe gozar y como es de esperarse por lógica, una ganancia que no radica en el deseo del hombre (en tanto paradójicamente no-natural de sí mismo) sino por el contrario de satisfacer al Otro, al gran Amo, dando un parecido al modismo eterno de la nodriza que se desvive por amamantar al otro que no es suyo propiamente. Es decir, no se piensa y después se es (Como sentencia Descartes), sino que se te hace existir (Como sentencia Heiddeger) para que luego creas pensar. Un “pensar” que es ideológico, basado en el otro y no es de extrañar que por ser ideología este fomentando en un complejo proceso transferencial donde se re-edita el contenido transmitido por el Otro para a posteriori ser compensado en su cumplimiento, no por ello significando que el sujeto cumple el deseo del Otro por ser solamente sujeto, sino que al contrario lo hace porque así imaginariamente (y no queda de otra) este se “cree” que ha cumplido un deseo puro y exclusivo de sí, eso que en verdad lo hace creer(se) el más apto, forjando la ilusión de “ser” líderes del otro (como siempre es y se vive en sociedad) y no como líderes de sí mismo (como lo llego a mencionar Wilhelm Reich en su obra: "El nuevo líder"). Es así como el significante “poder” captura  de lo simbólico a lo imaginario (y por diversos procesos de condensación y desplazamiento) la forma de ideología, un recurso para intentar diferenciarse del otro, pero de asemejarse identificatoriamente con un deseo universal en la miseria del hombre.

     La ideología presenta 2 singularidades: 1) Se presenta como una formación fantasiosa de lo Inconsciente, en tanto podemos categorizarla de síntoma representativo del Mal-estar en la cultura, pues se rige por los mismos mecanismos de lo Inconsciente (Metáfora y Metonimia). 2) Representa lo angustiante de la castración, donde hacen participe el "Yo" (Como el lugar de las ilusiones) sus diversas jugadas. La ideología ecológica (que no tiene otro origen que preservar lo materno metafóricamente), la ideología de la caridad para el pobre (dirigida hacia el miedo de la miseria misma del sujeto vía identificación), la ideología política (compensatoria y demandante hacia lo paterno), el afán de liderazgo (terriblemente representando la angustia de la falta-en-ser), incluso la ideología militar (en tanto patriota muy parecida a la ecológica) y por último la religiosa propiamente dicha (pues en todas existe la re-ligazón del afecto al objeto) que simboliza la idealización del Otro paterno, objeto de demandas establecidas desde lo simbólico e imaginario, para cubrir aquello del orden de lo real. Hace recordar la obra freudiana: "Inhibición, síntoma y angustia" y "Lo siniestro" estableciendo como principio del placer repetir lo familiar en lo extraño, aquel deseo no cumplido que culmina con la plenitud de la realización sexual (en tanto general y no solamente genital). Es decir, según el termino, entonces el sujeto es inteligente, pues adapta a toda clase de situaciones vínculos familiares que le permiten realzar su narcicismo, más no implica un ser pensante, pues no reconoce la libertad que existe en el acto electivo de su des-vinculación con el otro, no se detiene a elaborar, sigue andando... No se cansa, solo resiste... No cuestiona, solo repite y he allí la propuesta de la ideología, simplemente limitarse a religar, manejar y documentar al débil mental que con tanto sarcasmo enuncio Lacan. 

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Manuel Alessandro Magnante 
"Fundación de la Ideología"
[Intervención pronunciada en la jornada "Psicoanalisis de lo social a lo clinico"]
Grupo Psicoanalítico Carabobo
Octubre, 2013. 

Imagen:
Anónimo.


Sunday, May 10, 2015

Relatos Salvajes / Discusión

El film "Relatos Salvajes" estrenado en el año 2014 y dirigida por Damian Szifrón, entre sus màs distinguidas nominaciones internacionales ha realizado un eco en la comunidad psicoanalítica de distintas sedes, a saber, por su especificidad (salvaje mediante) de los desbordes del goce del hombre, dicho de otro modo, sin confundir a su vez con esta jerga, con lo real.

La venganza, la herida narcisista, el desborde de lo real y los actos hasta su final consecuencia en virtud de defender aquello que no es propio, pero que marca la cosa: El significante de un Otro que no existe.

Es esta una lectura que particularmente realizo en virtud de invitar a la discusión del film en la Nueva Escuela Lacaniana - Sede Las Mercedes, y que contará con la amable colaboración de Carlos Marquez y Cristina Gonzalez de Garroni.


Friday, May 8, 2015

Entre Fantasía, Política y Demanda: El Imperativo de Goce.

El presente escrito fue elaborado el sábado 13 de abril de 2013, un mes después de la muerte del antiguo presidente de la república bolivariana de venezuela, y un día antes de la "elección" del actual presidente de la Republica: Nicolas Maduro. fue una suerte de metáfora para dar cuenta del imperativo de goce que resulta del campo político y su lugar en el discurso. 
No por menos develando la demanda implícita en el contrato social como bien bautizaría Rousseau, y de la cual tanto Freud, como Lacan y Le bon no han cesado de interrogar en "La psicología de las masas"
Actualmente al parecer el efecto de "hipnosis" ha reducido, pero su marca sigue andando, después de todo, la operación política ocupa el discurso del amo,  que opera un dispositivo por la vía de recibir demandas, a cambio responder a la demanda diciéndole que demandar, y brindando la ilusion de satisfacción, lo cual es, en su más pura esencia, la perversidad superyoica que nos comanda vía Otro Social. 



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Permítanme el aval de cumplir una promesa que ustedes no soportan cumplir.

Permítanme prometerles un árbol, mientras elimino un bosque.

Permítanme ser el reverso de un vínculo, de ser un amo, de ser un padre y si es posible, asciéndanme al estrato de un dios.

Permítanme jugar con una ilusión de ofrecerles una utopía que ni yo mismo se definir, pero que entiendo bien, que ustedes imposibilitan.

Permítanme ayudarles a ser mesiánicos, a conseguir lo familiar en lo extraño, manteniendo con cierta extrañeza un goce familiar.

Permítanme emocionarles, hacerlos gritar, asistan a mi concierto, yo les prometo: Oh, ¿que no les prometo?

Permítanme jugar con su infancia, educarlos con respeto a mí, fundar una ideología, ¿Y porque no? Una religión.

Permítanme ser su único amor, aquel por el cual matan, aquel por el cual viven.
Permítanme entregarles un bisteck aunque sea a un solo hambriento, pero que sea frente a miles. Es parte del espectáculo.

Permítanme el desarrollo de una tierra en la que caminan, con un dinero que necesitan, tanto como yo lo necesito

Porque Permítanme decirle que la solución soy yo, y estoy en su camino, no soy la solución incorrecta, soy la respuesta a sus preguntas y demandas incorrectas.

En el nombre de su patria, permítanme ser el patter.
Regálenme su voto, su mirada, en un poste, en una acera, o incluso en una aldea.

Gocen conmigo y a través de mí, tengan fé en mi como dios, pero permítanme seguir siendo el despiadado satírico, el amo del juego. Yo los amo.
En nombre de la paz.

¿De qué he de pedirles permiso? ¡Actúen!, ¡Actúen! ¡Actúen! Porque así como el ave fénix resurge de las cenizas, yo, les resurjo de su mierda…

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Manuel Alessandro Magnante
"De una metáfora bizarra del Ave Fénix"
[13/04/2013]

Video:
Jose Rafael Briceño
"Reporte Semanal"
Capitulo: "El Rol del Estado"

Thursday, May 7, 2015

Después del primer a-mor, ¿No es todo una mera repetición?




Te odio no solo por no tenerte, te odio porque en tu ausencia fuiste tú quien me dio una lección y no otro cuerpo ¿Porque tú? que por estar ausente me haces sentir que deseo, aunque prefiero llamarlo capricho.

Te odio, porque me he prohibido amarte, pero aún así, te odio para sentirte cerca, porque tú te alejas, pero recuerda que soy un niño terco y yo nunca me resigno.

Te odio porque la vida ya no es un chiste, el dolor le ha quitado sonrisas, y tienes que saberlo, me has hecho más fuerte, pero son armaduras, no te engañes, mi centro sigue sangrando, y tú, en mi cabeza lo lames con esos colmillos ensangrentados.


Te odio, porque a final de cuentas, puedo maldecir la suerte y el destino, pero no puedo olvidar que eres tu quien se ha ido. Y sonríe, te seguiré odiando para amarte en secreto, pero no sonrías tanto, esto que hoy soy, es gracias a ti, porque tú también lo has sentido, y me lo has dejado tal cual herencia del deseo humano. Solo que yo veré por mí, como no hacer tu vida, mientras yo siento la mía.

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Manuel Alessandro Magnante
"¿Que hablan las letras?"
[Junio, 2014]

Musica:
La Oreja de Van Gogh
[Rosas]

Wednesday, May 6, 2015

"Don Jon: Porn is Cheaper than Dating"/ El hombre / Un Hombre.

     

     Comencemos por relatar la historia de Jon Martello (Interpretado por Joseph Gordon-Levitt), personaje principal del Film “Don Jon” estrenada a finales de 2013 en estados unidos. Jon, o “Don Jon” (como le llaman sus amigos) es un típico sujeto atrapado en la dialéctica del deseo. Realiza una serie muy meticulosa de rituales en su semana, las cuales son “las que le importan”: Ir al gimnasio (Su cuerpo), su departamento (Su nido), su auto (Su transporte), su familia (Su sostén de goce), su iglesia (el perdón del Otro), sus muchachos (Amigos), sus chicas (sus juguetes), y su porno (El agotamiento de su deseo). Más allá de estar atrapado en la dialéctica del deseo, podemos adelantar en decir que se encuentra atrapado en la mirada estética de lo que supone como “propio para desear”.

     Jon, no es tan típico como parece, de hecho, es un sujeto bastante singular si se revisa su historia con una lectura distante de la moral y más cercana a la ética de un sujeto. Se puede presumir que es enteramente narcisista, pues su mundo a simple vista gira en torno a él: Su cuerpo, departamento, carro, familia, iglesia, muchachos, chicas para ligar y sobre todo su porno; Sin embargo ¿Realmente es un sujeto narcisista? ¿Cuántas cosas realmente hace por sí mismo?  Sabemos que la tarjeta de presentación del neurótico es creérsela. Es creerse que sus actos por ejemplo, son sostenidos por “su único deseo” y que más nadie interviene en eso, además de por supuesto creérsela como “el falo de mamá” o “El todopoderoso de su Deseo”. Desde el vamos nos podemos preguntar entonces ¿Qué sentido tiene todo el ritual de Jon si el otro no está presente haciendo de Otro?

     Por otra parte, y aproximándonos de a poco al tema del deseo, notamos en Jon una cuestión que apuesta por su subjetividad, pues bien sabemos que los significantes engañan, y que lo único que no engaña es la angustia, y esta revela lo subjetivo en tanto se aproxima a una lectura sobre el deseo. Esto en los temas freudianos podemos sostenerlo diciendo que las representaciones engañan y que lo único que no engaña es el afecto, por decirlo de una manera, es decir, los móviles de un sujeto. Ahora bien, ¿Dónde aparece la angustia de Jon? Su angustia muy retóricamente aparece en cualquier parte de sus rituales donde involucra al Otro, a su mirada, al cuerpo del otro, el perdón del Otro, el compartir del otro, o al Otro en la escena sexual ideal, en todo esto es donde podemos comenzar a leer que el sentido del narcisismo de Jon está mientras el Otro a modo de espejo presta su mirada, o presta “aquello” escopico de la pulsión al otro semejante. Sin ello, en Jon no hay deseo, aunque en definitiva, Jon no apuesta por su deseo. Porque es precisamente por el paso de la demanda del Otro, cuando Jon cree que realmente desea algo, y para esto basta con ver la escena del almuerzo en casa de su familia cuando la madre arma un escándalo por no ser abuela, el padre “perversea” con buen semblante de “desafiante y todopoderoso”, y vemos en la TV de la casa familiar, propagandas de lo más cachondas en un almuerzo. Basta comparar esto, con la vida hipersexual (Tapa-agujero) que se presenta como  cumplimiento de demanda en esa “novela familiar”, veamos esa rutina: Jon sale los viernes, liga con alguna chica (En presencia de sus amigos para que le vean hacerlo), para luego consumar un acto sexual a lo “Mete-saca” (Como decía Alexander deLarge en la Naranja Mecánica) que se caracteriza por no sentir ninguna satisfacción o conexión con su compañera, e intenta satisfacer aquello que en el cuerpo no se posibilita a través de la pornografía para así masturbarse. Allí, si relata un placer que trasciende al acto sexual material y lo justifica a plenitud comparando el idealismo pornográfico con el desencuentro de la relación sexual “Normalizada”. Posteriormente a esto, llega el día domingo donde se confiesa incesantemente sobre sus pecados (siempre destaca ver pornografía, masturbarse y tener una sexualidad promiscua) y el padre le propina como “penitencia” unos “10 padres nuestros” en promedio.

     De esta escena particular y tan repetitiva (Como toda cuestión pulsional en su circuito de doble demanda) primeramente nos fijaremos en el tema de la pornografía, distinguiéndola del erotismo, lo cual nos dará apertura al campo del goce y el deseo subjetivo de Jon.


     La pornografía en su sentido etimológico viene a significar “La historia de una prostituta”, significado que va en cierta medida aunado al relato del erotismo. Sin embargo, en la actualidad podemos denotar que la pornografía esta distante de ser un relato de carácter erótico, pues lo erótico implica una forma apasionada de amor, donde se articula la sensualidad, y la sexualidad vehiculizada en la picardía sobre el objeto o sujeto (es decir, como lo previo al deseo, ergo, cuestión que produce o hace llamado al mismo) bien sea en imágenes, palabras o cosas. Esto lo diferenciamos de la significación que materialmente muestra la pornografía en el internet. Lo que vemos en las cadenas pornográficas americanas como: Brazzers, Naughty America u otros. Rebasa el campo del sentido, en tanto podemos colocar el sentido (no en el término analítico) del lado del erotismo, y el sin-sentido del lado de lo pornográfico. Es decir, en lo pornográfico actualmente el campo carnal es intensamente directivo, no hay un juego previo, no hay escena erótica, solo se presentan 2 cuerpos maximizados en el campo imaginario demostrando que el alcance de los ideales es un soporte mortificante del deseo subjetivo, no hay juegos de significantes (sentido subjetivo) del lado erótico que den producción a una suerte de deseo, simplemente hay una suerte de juego carnal directivo que no revelan la producción de un deseo, sino por el contrario una suerte de excitación identificatoria en el cumplimiento del deseo del otro, y esto es bastante distante de un deseo propio (Si es que eso existe). Es decir, en la escena pornográfica lo excitante es sentir que al identificarse con el actor o actriz porno se cumple un deseo del cual no conocemos su origen, y esto no es solo una suerte de discurso amo e histérico. Esto apunta como afirma Slavoj Zizek a una suerte de arte perverso, no porque brinde algo que se desea, sino porque indica que es lo que debe desearse: Quedarse atrapado en el universo imaginario de los tamaños, los gritos salvajes, las figuras estéticamente voluptuosas o cinceladas para encajar en cualquier mirada, entre otros. Y esto a riesgo de la nada, pues nada se apuesta, nada está puesto en juego sobre el sujeto mismo,  no existe riesgo de perder algo en recorrer los laberintos del amor, estamos entonces ante el universo masturbatorio infantil. En este sentido, para Jon, como para muchos neuróticos “El porno es más barato que tener una cita”.


     En este sentido, no es errado hacer la afirmación de que el empuje al goce, comandado por este tipo de discurso de amo que encarna al Otro, es inclusive más represivo que la prohibición al goce, y esto es preciso señalarlo cuando se advierte un cambio en las normas o en otras palabras, cuando vemos que la ley del padre ya no es lo que era antes, y que los aparatos ideológicos haciendo semblante de ello han configurado a diestra y siniestra. Por no presumir de una década específica, hacía varios años un chico o chica tendría cierto temor de hacer alguna enunciación publica de su deseo por alguna censura en el orden social que encarnaba la ley paterna, pero esta  prohibición más allá de extinguir el deseo (como era de esperarse) lo que hacía era relanzarlo, darle un impulso para su cumplimiento. Actualmente el empuje al goce mismo (No dar cuenta de alguna de prohibición) es aún más catastrófico, pues no permite al sujeto la enunciación de un deseo propio siquiera, sino que se ve tentado a cumplir la única oferta de goce disponible por medio de un señuelo imaginario que le hace ilusoriamente suponer esa oferta como el cumplimiento de un deseo que “cree” suyo. Aquí se encuentra la trampa de la pornografía, en tanto como uno de los tantos efectos de los aparatos ideológicos. El sujeto al ver pornografía, cree que satisface alguna suerte de deseo que confunde con la excitación (que esta tampoco está en el orden del erotismo), se identifica como ya se hizo mención con alguno de los personajes, mediante la carga de excitación específica realza su goce masturbatorio y ya no se ve en la apuesta castratoria de poner algo en juego de si, pues el vínculo con lo virtual representa una nueva relación objetal, con un objeto mudo y a su vez representativo de la Otredad. Esto es inclusive más represivo, pues, se suspende el vínculo con el objeto humano y se limita al vínculo virtual con la máquina, reduciendo al sujeto y su deseo a un simple acoso de fantasias. Tal como ocurre cuando hablamos por las plataformas Whatsapp o Pin, o redes sociales como Facebook, Twitter, u otros. La calidad de conversación viene dada por el componente virtual y lo que se resta del imaginario: Porque se ven fotos de la chica o el chico donde hace promoción de su cuerpo, porque sabemos que piensa con leer algún status, se puede “pensar mejor” lo que se va a decir, aunque si se escribe y el otro no responde, hay más opciones, es decir, no hay apuesta de nada. Siempre se gana. ¿Y esta no es precisamente la mayor pérdida?, perdida para lo que realmente vale del hombre: Su subjetividad y su relación al deseo. Como no hay un otro concreto al cual desear, como “el todo psíquico” se reduce a lo virtual, como el todo es objeto y objetos hay muchos, ¡carpe diem!  Esto nada tiene que ver con la egopsychology. Por ahora, pensemos que esto tapona lo real del sujeto que se encuentra del lado de la soledad, donde reposa el ser como sentencia heiddeger, y que este ser, representativo de lo real, de lo innombrable y del deseo, no está sujeto al significante, esto es lo angustiante del ser, no del existir, es indescifrable y si se descifra es con un bordeo del trabajo subjetivo mismo sostenido en el análisis, de lo contrario, sigue existiendo, y como sabemos, la existencia viene dada por el lugar que hace existir al sujeto por las vías del deseo del otro. En este sentido, Jon, como sujeto neurótico “existe”, pero no es-un-ser.

     Jon existe, pues su existencia está marcada por la demanda del Otro, una demanda en el orden de lo ideal (como la pornografía que observa), en el orden sexual (como cuando su madre a modo de queja insiste por una relación estable y conocer una chica, o por cuando le llora demandando que quiere ser abuela), en el orden de su lugar como hombre (cuando el padre le critica como a un niño y este se molesta o cuando sus conquistan tienen valor siempre y cuando sus amigos se enteran) Jon, entonces, existe para el Otro. Lo cual nos lleva a repetir la pregunta del inicio ¿Es realmente Jon un sujeto narcisista? ¿O es un simple esclavo de la demanda del otro? Lo curioso de este personaje es que realmente nunca se interroga por su deseo a lo largo del film, hasta que brevemente lo descubre.

     Existe un ligero Switch en el film. Jon conoce a Bárbara (y forman así la pareja histérico/histérica) tan dispar e imaginaria. Bárbara, a partir de su deseo de cambiar gradualmente a Jon le influencia a dar comienzo en ciertos estudios nocturnos para sugerir tomar otro orden de experticia, a partir de allí conoce a Esther, quien encarna aquella mujer solitaria y a primera vista con actitudes que generan lastima y repudio en Jon (No es de gratis que sean los afectos que conseguía en su madre). Por otro lado, ocurre la escena esperada con Bárbara para saber qué sentido cobra Esther como mujer en Jon: Después de tener relaciones sexuales con Barbara, siente como de costumbre que no hay algo que lo llene más que ver pornografía (Lo “llena” lo imaginario, en el orden de la demanda y se pierde, se “desconecta” en ello). Como era de esperarse y por ser parte de una comedia, Barbara le descubre y arma en base a ello el buen escandalo histérico que revela que su malestar no viene dado por el que el observe pornografía, sino que ante dicho acto, ella se siente como que “no es suficiente” en el deseo de Jon, pero si tan solo ella supiese que no es por su suficiencia, sino por el problema del deseo de Jon, aunque, ella como todo neurótico “sabe” de los problemas del deseo, solo que los ignora.




     A partir de allí, la relación toma un rumbo de picada hasta que ambos dejan de hablarse, se separan, y comienza el otro camino de Jon, cuando brevemente pasa por su duelo o herida narcisista, comienza a aproximarse a un deslizamiento de su lugar sobre si, enfrenta de a momentos a su familia, comienza a tener un muy mal humor que lo refleja en sus amigos, ya no escucha música para gritarla, le molesta el trafico al punto que le quiebra el vidrio de un puñetazo a un vehículo, pues como todo cambio que se observa, es paulatino y se refleja en ello su Insatisfacción, ya no goza igual de su síntoma. Sucede que aquí hay un doble juego, por una parte comienza a ayudar o tomar noción de la existencia de Esther, pero no con el fin de conocerla, sino con el fin repetitivo que como se muestra, va de follarla, se consuma el acto, como buen seductor, pero Esther tiene algo que despierta en Jon algo más que el capricho de la pornografía. A partir de pequeñas conversaciones, Esther logra hacer “conexión” entre Jon y su propio deseo, esto lo vemos cuando Esther está en su vehículo con Jon y le interroga si él se masturba solo cuando ve pornografía (Pregunta que apunta hacia la producción del deseo y no la mera satisfacción) cuando le desafía afirmando que el porno es irreal, o cuando Jon le dice que el “porno le desconecta” y Esther le dice que es un viaje completo el conectarse con el otro, que hay que dar algo de si para ello. Esto lo podemos relacionar con la ocurrencia de la función analítica, el analista interroga al analizante sobre su deseo y de tal manera este va descubriendo y cambiando el goce por el saber, y este es un saber, que paradójicamente no sabe que realmente lo sabía. Luego de esto, Jon la busca de nuevo, pero no para follar, la busca para seguir hablando. Este pasaje que persigue la labor analítica del goce al saber, es lo que se articula en la filosofía de Heidegger como pasar de Existir a Ser, movilizarse del lugar que habita el significante sobre el sujeto.

     Con ciertas preguntas, y ocupando un lugar particular (y sino pedagógico) Esther no solo va haciendo que Jon se desligue del lugar imaginario del porno, sino que también le permite irse desligando poco a poco de su vida tapa-agujeros. Donde solo vivía para completar las demandas del Otro. Y aunque con cierto grado de repetición y aun gozando de varios beneficios del neurótico, su final se aproxima cuando finalmente puede renunciar a Bárbara como aquel ideal de mujer al que una vez sucumbió (Esta escena es particularmente exquisita, Bárbara y Jon se encuentran en un café para conversar, Bárbara espera que Jon le diga que desea volver con ella, para así y con su típica sintonía histérica negarse y seguir siendo deseada, su sorpresa es que Jon simplemente iba con la intención poco simple de admitir sus fallas, aceptarlas y tomar su retirada ya que su deseo re-surge y comienza a estar con Esther), mostrando así, que su apuesta, su deseo, va por conectarse con aquella persona que le hace sentir algo que está más allá de la pornografía y la demanda, y más cercano desde su deseo, el cual, nunca llego a decir del todo, pero que todos nosotros hemos leído, sin ninguna retorica en este caso, se lee con precisión en la escena en que Jon va al Gym a hacer su rutina de ejercicios y esta vez decide comenzar a compartir y competir con el otro masculino desde un lugar no sexualizado, un lugar más sano, comienza a jugar basketball, asimismo ocurre cuando Jon está en casa de Esther, se desnudan y se siente la conexión en escena entre ellos 2, por ultimo esta otra escena particular donde Jon contempla a Esther sin maquillaje y eso ya habla bastante de moverse de ese lugar del imaginario y lo estetico. Y aquí es justamente cuando vemos que el dating es más caro que el porno, que el porno da muchas cosas inútiles, y el dating da poco, pero eso poco que da, cuanto que es.


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Manuel Alessandro Magnante
"Don Jon: Porn is cheaper than dating"
[Ensayo presentado en el 1er ciclo de Cine de Orientación Psicoanalitica / Cineanalisis
Grupo Psicoanalitico Carabobo
Octubre 2014

Video e imagenes:
DON JON [2014]